Agricultura Regenerativa: Sembrando Salud, Sustentabilidad y Estabilidad Climática

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Por Sarah Streat and Katherine Paul

“Una nación que destruye a su suelo se destruye a sí misma.” – Franklin D. Roosevelt

En su discurso inaugural en la conferencia global del Instituto Savory, realizada en Londres el 1 de Agosto Alan Savory1 afirmó que en tanto la agricultura es la base de la civilización y de cualquier país con una economía estable, también es, si se practica pobremente, la industria más destructiva—inclusive más que la minería de carbón.

El Instituto Fundación Vida Silvestre estima2 que desde 1960, un tercio de la tierra arable del planeta se ha perdido debido a la erosión y la degradación. Gran parte de la destrucción es causada por una demanda creciente de maíz, soya, algodón, canola, betabel y alfalfa transgénica, utilizada para alimentar animales criados en granjas fabriles, para producir fuentes ineficientes y altamente subsidiadas de biodiesel y fabricar alimentos procesados.

El ciclo perpetuo del monocultivo, que satura los campos y cultivos con químicos tóxicos, al volver a plantarlos y cosecharlos, destruye el suelo y degrada la tierra al agotar los nutrientes del suelo y causar erosión. El pastoreo excesivo, en vez del manejo holístico3 del Ganado, con un plan de pastoreo rotativo, es igualmente destructivo.

La destrucción de la tierra y el suelo a través de una agricultura pobre no es inevitable, dice John Liu,4 otro de los expositores de la conferencia Savory. Liu explicó que debemos hacer la conexión entre crecimiento económico y restauración ecológica, y que el— “restaurar la función ecológica es la única forma a través de la cual podremos sobrevivir.”

¿Cómo podemos lograrlo? En gran medida a través de la “agricultura regenerativa,” combinada con la reducción de emisiones de combustibles fósiles y revirtiendo la deforestación a nivel global.

¿Podemos hacerlo? Por supuesto que sí. Pero como se nos advirtió en Savory, la agricultura regenerativa representa una pequeña minoría, posiblemente 3 – 5 por ciento de la agricultura global actual. Lamentablemente, el 90 por ciento de los agricultores, los políticos y el público aún cree en modelo de agricultura basado en los químicos, la tecnología y con políticas erradas. “Ni siquiera nos hemos sentado a la mesa,” dijo Savory.

Pero podríamos estarlo. Una de las claves para lograrlo, dice Savory, es si convencemos a los consumidores, que les ganan por mucho en número a los productores, de que la agricultura debe cambiar. La Asociación de Consumidores Orgánicos recomienda a los consumidores boicotear los alimentos con ingrediente transgénicos y las comidas procesadas, y seguir el consejo de nuestro lema popular “Cocine Orgánico y no el Planeta.”

Si no logramos hacer esto, no solo nos dirigiremos hacia un mundo de hambre y de pobreza, sino que perderemos una gran oportunidad para revertir el cambio climático.

Más Allá de lo ‘Sustentable’

Vamos a asumirlo. “Sustentable” no es una palabra muy sexy. Sugiere de alguna manera una relación que se mantiene a duras penas. Es como remar en un bote muy lento.

Es tiempo de que pasemos de la noción de una agricultura sustentable a un modelo de agricultura que restaure y rejuvenezca los suelos, campos, la economía y las comunidades.

Entonces, ¿Qué es la agricultura regenerativa? La Dra. Christine Jones,5fundadora de Amazing Carbon, describe6 la agricultura regenerativa como un número de prácticas agrícolas que nutren y reactivan el suelo. “Cuando la agricultura es regenerativa, el suelo, el agua, la vegetación y la productividad, aumentan continuamente en lugar de quedarse en el mismo lugar o empeorar lentamente.”

El factor clave de la agricultura regenerativa es que no solamente no daña el suelo sino que lo mejora, utilizando tecnologías que regeneran y revitalizan el suelo y el ambiente. La agricultura regenerativa es dinámica y holística e incorpora la permacultura y las prácticas agrícolas orgánicas, como cultivos de cobertura,7 rotación de cultivos, composta, refugios móviles para animales y rotación de pastoreos, para aumentar la producción de alimentos, el ingreso de los agricultores y especialmente la calidad de la capa superior del suelo.

La agricultura regenerativa conduce a un suelo sano, capaz de producir alimentos con gran cantidad de nutrientes8 y de gran calidad y al mismo tiempo mejorar el suelo y no degradarlo, llevando en última instancia a crear campos productivos y comunidades y economías sanas.

¿Qué hace que un suelo sea sano? De acuerdo con Jones, una cobertura sana está compuesta de minerales, aire, agua y otros seres vivientes como raíces de plantas, microorganismos, insectos y lombrices, así como sus desechos orgánicos.

Hay seis ingredientes esenciales en la formación del suelo, dice Jones:9

  1. Minerales
  2. Aire
  3. Agua
  4. Seres vivos dentro del suelo (plantas y animales) y sus derivados
  5. Seres vivos sobe el suelo (plantas y animales) y sus derivados

Regímenes de disrupción intermitentes y esporádicos (como pastoreo planeado o sectorial).

A diferencia de la agricultura de monocultivo, que depende fuertemente de los fertilizantes químicos, pesticidas y herbicidas que erosionan el suelo a través del cultivo excesivo y no lo protege con cultivos de cobertura, la agricultura regenerativa produce suelos saludables y al mismo tiempo produce alimentos (de origen vegetal y animal). Dado que la agricultura regenerativa no le quita al suelo sus nutrientes, dejándola exhausta, los alimentos cultivados en tal suelo saben mejor y poseen más contenido de nutrientes.

¿Puede la Agricultura Regenerativa Salvar el Clima?

Un suelo sano no sólo produce comida sana, economías saludables y comunidades saludables sino que resulta que un suelo sano puede también ser la mejor herramienta que poseemos para revertir el cambio climático.

Según un reciente estudio10 realizado por el Instituto Rodale, si la agricultura regenerativa se practicara a nivel global, 100 por ciento de las emisiones actuales de dióxido de carbono (CO2) serían atrapadas.

El Instituto Rodale ha realizado sus Evaluaciones de Sistema de Cultivo (ESC) desde 1981. Es el test más antiguo existente que compara la agricultura convencional y la orgánica. La información muestra que la agricultura regenerativa y orgánica reduce el CO2 aprovechando los sistemas ecológicos naturales para extraer carbono de la atmósfera y hundirlo en el suelo. Según esta información, el suelo manejado de manera orgánica puede acumular hasta 1,000 libras de carbón por acre de tierra cada año, lo cual equivale a aproximadamente 3,500 libras de dióxido de carbono por acre que son tomadas de la atmósfera y recuperadas en el suelo a través de la materia orgánica.

En tanto que las prácticas de a agricultura convencional contribuyen al calentamiento global, las de la agricultura orgánica son neutrales para el carbono y de hecho pueden revertir el cambio climático. Un suelo rico en carbón no necesita fertilizantes. Esto lleva a una mayor reducción de los gases invernaderos, y la disminución del uso y producción de los fertilizantes que generan CO2.

Por una Transición a Escala Global

Las prácticas de la agricultura regenerativa dependen mucho del conocimiento y el cuidado, más que en un equipo costoso, semillas, fertilizantes y pesticidas. Si bien en el corto plazo el rendimiento puede ser menor al convencional, al pasar el tiempo producirán un mayor rendimiento que lleva a una seguridad financiera, especialmente en comunidades agrícolas.

Más y más agricultores a pequeña escala usan prácticas regenerativas para cultivar Este movimiento se ha impuesto con fuerza en Australia11 y Gran Bretaña,12 donde los agricultores están compartiendo su conocimiento de manera informal y a través de cursos y talleres.

La agricultura regenerativa también se practica ampliamente en los Estados Unidos por agricultores locales, aunque puede que no estén usando el término agricultura regenerativa. Pequeñas granjas como Polyface Farms13 en Virginia, Jubilee Farm14 en el estado de Washington y el Marin Carbon Project15 en California son todos modelos de como la agricultura orgánica regenerativa puede derivar en comunidades prósperas y sanas.

Pero si vamos a restaurar la degradación del suelo y evitar un desastre climático, debemos hacer esta transición a nivel global, y pasar de la agricultura química, de monocultivo actual, a un modelo agrícola regenerativo. Esto requerirá el apoyo de los sistemas políticos que actualmente favorecen y promueven los modelos destructivos sobre el regenerativo.

Los consumidores pueden y deben tener un rol en presionar sus gobiernos para que hagan esta transición. Tenemos el poder de revertir el crecimiento químico y los cultivos biotécnicos generando una demanda por alimentos sanos que usen prácticas regenerativas. Lo hacemos al elegir comprar local y comprar alimentos orgánicos hasta el momento en que el mercado de alimentos empacados y procesados y producidos de una manera poco saludable se reduzca y la agricultura regenerativa llene el vacío.

Sarah Streat es una escritora freelance e investigadora en la Asociación de Consumidores Orgánicos (Organic Consumers Association).

Katherine Paul es Directora Asociada de la Asociación de Consumidores Orgánicos (Organic Consumers Association).

* Para artículos relacionados y más información, por favor visite la de Via Organica o la Página de Protesta contra Starbucksde la OCA.

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