Red de Semillas Nativas Reitera Que No Es Posible la “Coexistencia Regulada” Entre Maíces Criollos y Transgénicos
Autor: Amanda Muñoz | Publicado: 25 abril 2017
Las semillas nativas y criollas son plantadas, cosechadas, seleccionadas y multiplicadas por productores desde hace muchos años, y tienen la ventaja de estar adaptadas al medio en que son sembradas.
Para el productor que las planta año a año, son un insumo básico e insustituible, por varios motivos: por el nivel de mejoramiento que ha adquirido, porque el sistema comercial es bastante más pobre en variedad y, elemento fundamental, porque le da autonomía: no depende del mercado.
Granos de maíz de diversos colores, tamaños y usos fueron compartidos el sábado en la Séptima Fiesta de la Semilla Criolla y la Agricultura Familiar: los intercambiaron los productores y llegaron a otras manos, que prometieron plantarlos y multiplicarlos. Pero no todo era fiesta, porque la expansión de los cultivos de maíces transgénicos acorrala esa diversidad.
“Las variedades locales sufren un proceso de desaparición, consecuencia de la sustitución por cultivares modernos y la disminución del número de productores familiares que históricamente las han utilizado”, expresa el artículo “Semillas criollas de maíz de Uruguay y contaminación con transgenes”, elaborado recientemente por docentes de las facultades de Química, Ciencias y Agronomía de la Universidad de la República, por integrantes de la Red Nacional de Semillas Nativas y Criollas y de REDES Amigos de la Tierra (Pablo Galeano et al.).
La biodiversidad del maíz fue tema de discusión en una de las mesas de la Séptima Fiesta de la Semilla Criolla.