Una estrategia para reducir la huella de carbono es aprovechar el RAC de caña de azúcar de manera sustentable

Publicado: 15 de septiembre 2018

Publicado por: La Gaceta

El balance de carbono del suelo agrícola (la diferencia entre el carbono que se retiene en el suelo y el que se emite a la atmósfera) está sujeto a las prácticas de manejo que se realizan sobre él.

En el caso de un lote con caña de azúcar, la quema o remoción del rastrojo afecta directamente el balance; mientras que la fertilización nitrogenada lo hace de manera indirecta, a través de la biomasa generada o su efecto sobre la microflora del suelo.

Por lo tanto, estas prácticas inciden en las emisiones de gases con efecto invernadero (GEI) y el potencial del suelo para secuestrar carbono.

Dentro de los GEI relacionados con el balance de carbono y que son fuertemente alterados por las prácticas de manejo que el hombre realiza, se encuentran el dióxido de carbono (CO2) y el metano (CH4).

El desbalance entre las entradas y salidas de carbono del suelo, desde y hacia la atmósfera, viene contribuyendo al incremento del “efecto invernadero” que provoca el cambio climático global.

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