COVID-19: Lecciones de la pandemia para un planeta saludable

Los científicos han demostrado que enfermedades como el nuevo coronavirus SARS-COV2 (COVID-19) y la enfermedad del Ébola pueden surgir debido a los desequilibrios de los ecosistemas en los bosques.

En los últimos meses, esta hipótesis ha ganado terreno en la cobertura de los principales medios de comunicación, impulsando la noción de que el COVID-19 es zoonótico, transmitido desde un murciélago a otro animal, posiblemente un pangolín o un perro, infectando inicialmente a los humanos en un mercado en la ciudad china de Wuhan.

Tres de cada cuatro enfermedades infecciosas nuevas o emergentes se originan en animales, según los datos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU., que indica que, en general, los animales han sido el vector de más del 60 por ciento de las enfermedades infecciosas.

La investigación sobre la relación entre los virus y los bosques desarrollada por el Centro para la Investigación Forestal Internacional (CIFOR) muestra que tales transmisiones de animales a humano, y luego de humano a humano, pueden ocurrir cuando los ecosistemas forestales son desprovistos de su biodiversidad natural.

CONTINUE LEYENDO EN LOS BOSQUES EN LAS NOTICIAS