Sostenible no es suficiente

Los límites planetarios, específicamente los que tienen que ver con la pérdida de biodiversidad, el cambio climático y el ciclo de nitrógeno y fósforo, han sido excedidos. Ya no es posible refugiarnos en la narrativa inválida de la sostenibilidad.

En mi columna anterior (Sistema digestivo y suelo: la relación que aún no te han contado, disponible en vivirenelpoblado.com) hice un paralelo entre el suelo y el sistema digestivo, dos conceptos aparentemente distantes, pero que, ante la mirada circular, son más cercanos de lo que creemos. El suelo actúa como un sistema digestivo, donde microorganismos y hongos hacen que los nutrientes sean disponibles para las plantas. De la misma manera opera nuestro sistema digestivo: millones de microorganismos digieren y nos entregan nutrientes. La relación entre suelo y sistema digestivo parte de la salud de los microorganismos.

Según las Naciones Unidas, solo nos quedan 60 cosechas antes de que acabemos con el suelo. Sin suelo, no hay alimento.