Semillas de maíz criollo centenarias para resistir a las multinacionales en Argentina

Semillas de maíz criollo centenarias para resistir a las multinacionales en Argentina

En la empobrecida provincia de Formosa, en el norte argentino, grupos de familias campesinas resguardan la pureza del maíz criollo. La semilla nativa, adaptada a un clima de extremo calor e intensas lluvias, se preserva generación tras generación como una apuesta por la alimentación soberana, digna y saludable.

Las prácticas ancestrales agroecológicas no han desaparecido de Argentina, pero son cada vez más difíciles de sostener porque las tierras están concentradas en pocas manos y el trabajo rural de la agricultura familiar ha dejado de ser atractivo para las nuevas generaciones.

De cualquier modo, la modernización tecnológica comenzó a llegar a los agricultores familiares en los últimos años de la mano de diversas organizaciones como una puerta para el desarrollo y para la conservación de semillas nativas.

Raúl Cococcioni es un pequeño productor reconocido como “guardián de las semillas”. En su chacra de diez hectáreas ubicada en el Cruce la Picadita en Comandante Villafañe, a 270 kilómetros de la frontera con Paraguay, conserva las simientes del maíz criollo desde hace más de 30 años.

SEGUIR LEYENDO EN EL PAÍS