Hoy en día la producción de huevo en México se da principalmente de dos formas:
Por un lado, la producción de traspatio donde las gallinas están libres por el campo comiendo lo que pueden y son suplementadas con un poco de maíz, normalmente con este manejo la postura es baja y las condiciones de higiene y desarrollo no son adecuadas, pero al menos contribuye a mejorar la dieta de las familias rurales.
Por otro lado, la producción “Industrial”, en donde se mantienen las gallinas totalmente hacinadas, administrándoles rutinariamente antibióticos para mantenerlas con vida y estimulantes de crecimiento para un rápido desarrollo, además de alimentarlas con concentrados industriales, lo que da como resultado un alimento (huevo) contaminado y de baja calidad nutricional.