Difícil, no imposible

La salinización del suelo es un fenómeno de compleja reversión que se ha convertido en un gran problema a nivel mundial, que sigue expandiéndose en el mundo. Sumada a la urbanización de muchos suelos agronómicamente valiosos, la salinización representa un grave problema para la agricultura porque los suelos se vuelven improductivos. Existen proyecciones de que este problema puede llegar a afectar hasta 10.000 millones de hectáreas con, en promedio, un 20% de menor rendimiento. Según datos de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la salinización causará una pérdida del 30% de los suelos productivos los próximos 25 años y hasta un 50% en 2050 si no se adoptan medidas preventivas.

La salinidad del suelo se caracteriza por acumulacion en la rizósfera de cationes salinos como Na+, Mg2 +, K+ y Ca2 +, y de aniones salinos como OH-, SO4 -2, Cl-, CO3 -2, HCO3-, NO3 -. Aun cuando puede producirse debido a procesos naturales, el mayor incremento en la salinización de suelos sucede por la acción del hombre a través del riego con agua con altos contenidos de bicarbonatos, la falta de drenaje efectivo, la baja permeabilidad del suelo, la presencia de napas freáticas superficiales o el excesivo uso de cal que afectan la lixiviación de las sales.

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