Récord de temperaturas en el hemisferio sur: el efecto del uso de suelo y la deforestación se hace más evidente debido a los cambios de temperatura

Regenerar nunca ha sido tan urgente como ahora  

Hemos llegado a un punto en donde más y más personas están sintiendo los efectos del cambio climático en su vida diaria. La pérdida de biodiversidad es cada vez más evidente, estamos presenciando una mayor cantidad de inundaciones y sequías, el planeta continúa aumentando su temperatura  y los incendios forestales son cada vez más frecuentes y devastadores. 

El tiempo para el cambio es ahora y tomará todo nuestro esfuerzo global el adoptar marcos de trabajo que nos lleven a ser mejores gestores del medio ambiente, así como implementar las mejores prácticas agrícolas, ponerse a trabajar y abordar las causas reales de los problemas que estamos enfrentando.   

Este año en nuestro boletín queremos compartir  con ustedes mensajes desde el campo: actualizaciones de qué está pasando a nivel global y mensajes de esperanza y resiliencia que podrían ser capaces de cambiar la situación que estamos viviendo actualmente.  

Actualización desde Australia
Andre Leu, Director Internacional de Regeneration International  

¿Por qué es tan importante reducir drásticamente el índice actual de emisiones de CO2?

Si no se reducen pronto las emisiones, nos veremos gravemente afectados por el catastrófico cambio climático. La razón es simple:tomaría siglos enfriar nuestros océanos. El calor del océano es un factor determinante del clima. Los océanos y la atmósfera registran un grado centígrado más  el nivel de la revolución industrial. 

La energía necesaria para calentar la atmósfera y los océanos un grado más equivale a miles de millones de bombas atómicas. Estoy usando esta violenta metáfora para que la genta entienda cuánta energía está siendo liberada tanto en la atmósfera como en los océamos y el porqué tendremos más episodios de clima extremo, causando estragos en nuestras comunidades y medio ambiente. 

Dicha energía ya se encuentra alimentando y disrumpiendo violentamente nuestros sistemas climáticos. Está causando que los desastres climáticos sean cada vez más intensos. Las tormentas de invierno son cada vez más frías y pueden llegar aún más hacia el sur y norte que lo normal, debido a su fuerza, trayendo consigo desastrosas tormentas de nieve e inundaciones intensas. De manera similar, las tormentas en el verano, especialmente los huracanes, tornados, tormentas tropicales, etc. son cada vez más intensas con lluvias e inundaciones destructivas. Sequías y ondas de calor son más frecuentes y como resultado, los cultivos se ven afectados. También alimentan fuegos en  bosques y pastizales secos que están incendiando comunidades completas y cambiando la ecología de la región debido a que no tienen suficiente tiempo para recuperarse antes del siguiente incendio.  

La frecuencia e intensidad de este tipo de eventos serán exponencialmente peor cuando el planeta aumente dos grados centígrados más su temperatura, la cual es el límite máximo del acuerdo climático de Paris. Nos encontramos encaminados a sobrepasar por mucho este límite. 

Gestionar el cambio climático es un grave problema que debemos tratar ahora

Los niveles atmosféricos de CO2 han aumentado dos partes por millón (ppm) por año. A pesar de que la economía mundial estuvo en pausa como resultado de la pandemia de COVID-19, los niveles de CO2 impusieron un nuevo récord de 420ppm en abril de 2021. Este es un inmenso aumento de emisiones por año desde el acuerdo de París y muestra que la realidad es que la mayoría de los países no están ni siquiera cerca de cumplir sus metas de reducción hechas en París y varios de ellos deben de estar mintiendo o ignorando sus obligaciones. 

El acuerdo de las Naciones Unidas de París propone llegar a cero emisiones netas de CO2 para el 2050. La evidencia muestra que entonces será demasiado tarde para detener el enorme daño del catastrófico cambio climático. Si seguimos con la actual tasa de emisiones, estaríamos cerca de las 500 ppm de CO2 en la atmósfera. 

El hecho es que nos encontramos en una seria emergencia climática ahora. Debemos darle prisa a la transición hacia energía renovable, dejar de talar bosques y tenemos que hacer un gran esfuerzo para reducir el CO2 en la atmósfera al nivel pre-industrial de 280 ppm. 

¿Por qué la agricultura regenerativa? 

La agricultura regenerativa está basada en una variedad de sistemas agrícolas  y alimenticios que usan la fotosíntesis de las plantas para capturar CO2  y almacenarlo en el suelo como materia orgánica . 

El suelo alberga  casi el triple de cantidad de carbono que la atmósfera y la biomasa (bosques y plantas) juntos. 

Existen numerosos sistemas agrícolas regenerativos que pueden secuestrar CO2  de la atmósfera a través de la fotosíntesis y convertirlo en materia orgánica del suelo a través de las acciones de sus raíces y la biología del suelo – el microbioma del suelo. 

Según estimaciones del Consejo Climático de Australia, el costo de eventos causados por el clima extremo en dicho país se ha casi duplicado desde los años 70s. Su reporte muestra que el impacto de incendios, inundaciones, tormentas y el aumento del nivel del mar relacionado con el cambio climático podría costarle a Australia $100 mil millones de dólares anuales para el año 2038. 

El sistema Soilkee

 

Niels Olsen con un cultivo de cobertura multiespecie para el ganado a base de leguminosas, pastos y cereales. Esta mezcla crece con fuerza a mediados de invierno. Se pueden plantar cereales, legumbres y otros cultivos comerciales en los pastos y así producir cultivos comerciales de alto valor.

Un innovador ejemplo de agricultura regenerativa en Australia es la creación del Soilkee, sistema diseñado por Neils Olsen. 

Primero, la cobertura del suelo / pastos se pasta o se cubre con mantillo para reducir la competencia de raíces y luz. Luego, Soilkee rompe la masa de raíces, levanta y airea el suelo, cubre la cubierta del suelo / pastos en franjas estrechas y planta semillas, todo con una alteración mínima del suelo. Las semillas de los cultivos de cobertura / comerciales se plantan y simultáneamente se alimentan con un nutriente orgánico como el guano. Cuanto más rápido germina y crece la semilla, mayor es el rendimiento. Es fundamental entender  la biología y la nutrición a la semilla en el momento de la germinación y eliminar la competencia de las raíces.

 

 

El cultivo de pastos es excelente para aumentar la materia orgánica del suelo / el carbono del suelo. A Neils Olsen le pagaron por secuestrar 11 toneladas de CO2 por hectárea (11.000 libras / acre) por año, bajo el Programa de Agricultura de Carbono del gobierno australiano en 2019. En 2020, le pagaron por 13 toneladas de CO2 por hectárea (13.000 por acre) por año. Es el primer agricultor del mundo al que se le paga por secuestrar carbono del suelo bajo un sistema regulado por el gobierno. 

 

Un pastizal perenne unos días después de que el Soilkee se usó para romper la masa de raíces y plantar las semillas del cultivo de cobertura.

Los sistemas agrícolas regenerativos, como los cultivos de cobertura y los pastizales, están cambiando radicalmente el enfoque convencional del manejo de malezas. Han demostrado que la creencia de que cualquier planta que no sea nuestro cultivo comercial es una maleza y necesita ser destruida ya no es correcta. El hecho es que la diversidad vegetal genera resiliencia y aumenta los rendimientos, no al revés. La clave es desarrollar sistemas de manejo que cambien la competencia de otras plantas en mutualismo y simbiosis que beneficien al cultivo comercial.

Los cultivos de cobertura de múltiples especies producen más biomasa y nutrientes que los monocultivos de una sola especie. En el ejemplo del sistema Soilkee, la cantidad de alimento para ganado que se consigue es más del doble de los pastos perennes o anuales habituales en el distrito.

Se están desarrollando variaciones de estos sistemas todo el tiempo y se están utilizando con mucho éxito en la horticultura, el pastoreo y la agricultura a gran escala. 

Variantes de este tipo de sistemas están siendo desarrollados todo el tiempo y están siendo utilizados exitosamente en la horticultura, pastoreo y agricultura de gran superficie.

Es hora de empezar a reducir los excesos de CO2 al escalar las prácticas de agricultura regenerativa, especialmente sistemas orgánicos. Esto es muy posible de lograr. Requeriría de costos financieros mínimos el solventar instituciones existentes, capacitar organizaciones y ONGs relevantes para llevar a cabo cursos y talleres. Fundamentalmente esto tiene que ser realizado a través de  sistemas de capacitación de campesino a campesino.  

La implemetación a gran escala de sistemas de mejores prácticas de agricultura regenerativa debería ser la prioridad número uno de agricultores, granjeros, gobiernos, organizaciones internacionales, representantes industrias, organizaciones de capacitación, instituciones educativas y organizaciones luchando contra el cambio climático. Le debemos esto a las futuras generaciones y a toda la biodiversidad en nuestro hermoso planeta vivo. 

Desde Argentina
Ercilia Sahores, Coordinadora de Regeneration International en América Latina 

Olas de calor extremo que rompen el récord de altas temperaturas, cortes de luz persistentes, escasez de agua. Casi la mitad de las veintitrés provincias del país bajo fuego… No es el apocalipsis, es Argentina a inicios del año 2022. 

Ni siquiera un mes ha pasado desde el inicio de este nuevo año y las provincias de Chubut, Río Negro, Neuquén, Santa Cruz, Santa Fe, Entre Ríos, Buenos Aires, Tierra del Fuego, Formosa, Misiones y Corrientes ya están sufriendo severos incendios forestales. Pero lo que está pasando este año no es un incidente aislado: en 2021, más de dos millones de hectáreas sufrieron incendios en el país. 

La situación está tan mal que el gobierno finalmente ha emitido un decreto presidencial declarando el país bajo emergencia ígnea por el periodo de un año con el objetivo de promover la coordinación entre los diferentes sectores a cargo de la prevención de incendios.

Sin embargo, los motivos que han llevado a alcanzar una emergencia ígnea van mucho más allá de la falta de coordinación: deforestación extrema, cambio de uso de suelo, agricultura industrial, desarrollos de bienes raíces, minería, la falta de recursos para prevención, falta de voluntad política. Todos estos ingredientes combinados dan por resultado  un cóctel “extremadamente combustible”. 

Los incendios forestales, como sabemos, no ocurren solamente en Argentina. Y la realidad es que, en los últimos cinco años, a lo largo del mundo, estamos experimentando casos de megaincendios. Los megaincendios han sido definidos como aquellos  incendios que abarcan mas de 40,000 hectáreas (100,000 acres  o 400 kilómetros cuadrados). Este tipo de incendios es muy difícil de contener y son acelerados por las altas temperaturas y la sequía. Australia, el Amazonas, la cuenca del Congo, California, Indonesia, son solo algunos pocos ejemplos de lugares donde los megaincendios han ocurrido en tan sólo los últimos cinco años. 

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El caso paradigmático del río Paraná en Argentina

Con una extensión de 4,000 km (2,485 millas), el Paraná es el segundo río más largo en América después del Amazonas y el octavo río más largo del mundo. 

Atraviesa  Brasil, Paraguay y Argentina, formando una gran delta que abarca cerca de 15,000 km2, a través del  cual el Paraná desemboca en el Océano Atlántico a 300 km de distancia. El Paraná está unido a las corrientes subterráneas del río Guaraní, una de las más grandes reservas de agua dulce en el planeta. De acuerdo a la Universidad Nacional de Rosario y la Universidad del Litoral, esa área es hogar de 700 especies de plantas y animales, lo cual la convierte en uno de los más ricos territorios en biodiversidad en Sudamérica. 

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 Visitar el Paraná siempre es una hermosa experiencia: las ciudades que bordean este río tienen unas hermosas costaneras donde transcurre la mayor parte de la vida social y el río es un lugar muy importante para el comercio y la pesca. Cerca del 80% de las exportaciones de cosechas en el país usan el río hasta su estuario en el Océano Atlántico. 

En el 2020 los niveles del agua disminuyeron drásticamente, al punto de convertirse  en el volumen más bajo registrado desde 1940. Es un hecho muy conocido que todo lo que ocurre río arriba afecta lo que pasa río abajo. La deforestación en la zona brasileña de la selva del Amazonas ha alcanzado su nivel más alto en más de 15 años. Esta deforestación afecta directamente los patrones de lluvia que alimentan el río Paraná. Además de la deforestación, otra amenaza para la salud del delta ha sido el constante dragado del río para simplificar el intercambio de minerales, soya y maíz transgénicos; y el aumento de ganado ha tenido también un impacto dañino en los niveles del río. 

Como si fuera posible empeorar las cosas y también como resultado de las razones antes mencionadas, la región de Paraná ha sufrido incendios por los últimos dos años. Estos se han expandido a lo largo de las islas entrelazadas, lagunas y arroyos que forman el Delta. La combinación de la peor sequía en 70 años, la escorrentía del río y los incendios, han sido mortales para la región del Paraná, su biodiversidad y su ecosistema. Una vez más, es difícil hacer responsable a una sola persona o sector económico: la presión por parte de ganaderos desplazados por cultivos de soya de las tierras bajas de las Pampas, la enorme deforestación río arriba, los desarrollos inmobiliarios y la agricultura industrial, han tenido un efecto devastador en una de las arterias centrales de Sudamérica. 

Únete a nosotros y sé parte de la solución

La necesidad de una solución real a todos estos asuntos entrelazados se ha vuelto más evidente. La red de Regeneration International tiene socios en todo el mundo que ya se encuentran trabajando en soluciones concretas, sobre el suelo, para todos estos problemas. Te invitamos a unirte y hacer que tu voz sea escuchada. A través de la educación presencial, webinarios, conferencias globales en línea como la Cumbre Alimentaria de los Pueblos, estamos trabajando juntos para traer esperanza y acción en estos tiempos desafiantes. 

Desde África
Precious Phiri, Coordinadora de Regeneration International en Árica

Introducción y antecedentes 

La pandemia de COVID-19, los cambios en el clima y las malas  políticas globales e insuficientes compromisos para mitigar los impactos, tienen un efecto muy negativo para todos aquellas personas que se encuentran en la primera línea, y esto se da a un nivel global. Las más afectadas son las poblaciones campesinas. .
Recientemente hemos presenciado una serie de climas extremos que se han manifestado  en forma de fuertes lluvias, inundaciones y largos y constantes  periodos de sequía que la hacen interminable. Los agricultores están lidiando con condiciones extremadamente difíciles en sus paisajes, y el impulsar y promover  técnicas agrícolas que rechazan la integridad de diversidad de la vida, es prepararse para una pobreza perpetua y la inanición. 

Frente a estos retos, el sistema como lo conocemos no sería capaz de crear resiliencia a niveles de base y a nivel global. Es muy triste que acciones globales para curar paisajes y detener la  deforestación, no sean tomadas en serio.

Solamente en África, 13 millones de kilómetros cuadrados de tierras de pastoreo en la sabana y pastizales enfrentan una amenazante desertificación que sigue aumentando, lo cual significa que se gasta mucha agua y la salud del suelo se está degradando, como fuente de vida sustentable y de almacenamiento de carbono. Los bosques nativos están a punto de extinguirse; p.ej. Uganda ha perdido más de la mitad de sus bosques nativos (12.1 hectáreas) y 60% de los manglares en el Golfo de Guinea (De Liberia hasta Angola). 

La verdadera causa del problema

Estos retos que estamos presenciando no son la verdadera causa de los problemas que enfrentan los agricultores, son síntomas que tienen sus base en uso de suelo y decisiones de manejo hechas a todos los niveles de la vida. El impacto negativo no solo amenaza los ecosistemas biológicos, se expande también hacia culturas y sociedades que están desestabilizadas y su estabilidad económica empeora conforme el tiempo avanza. 

 Los pequeños campesinos son los más importantes, ya que ellos nutren más del 70% de la población del continente. Su estabilidad trae consigo seguridad a nuestras comunidades. Las políticas nacionales siguen enfrascadas en las soluciones falsas de la agricultura industrial  para la regeneración del paisaje y la agricultura. Yo nací  en el campo en Zimbabwe. ¡Nunca, ni en mis peores sueños imaginé que los agricultores rurales se acostumbrarían a esparcir herbicidas! La primera vez que  escuché esta noticia, me pregunt锿qué pasó con el deshierbe?” Estas cosas llamadas tecnologías de producción no  solo han amenazado la biología y productividad del suelo, sino que también están haciendo perder poco a poco la cultura de las personas celebrando el trabajar juntas para ayudar a todos a alcanzar una buena cosecha y la oportunidad de los agricultores de aprender y prosperar en la tierra que ellos manejan. 

Soluciones, historias de acción y esperanza 

Necesitamos  desesperadamente escalar a un reconocimiento global de prácticas agrícolas que mejorarán progresivamente sistemas completos, basados en principios regenerativos, designados a ser relevantes para la singularidad de cada lugar. Hay ahora, más que nunca, un gran despertar para empezar una nueva normalidad en cómo regenerar los paisajes, cultivar alimentos y manejar sistemas de suministro de alimentos. La importancia de los alimentos saludables y producidos localmente está siendo reconocida a la luz de los continuos obstáculos a los que nos enfrentamos, especialmente en estos tiempos de pandemia. Hay un aumento continuo de investigaciones a cargo de la sociedad civil , a través de la recolección de historias y plataformas de aprendizaje para cultivar un futuro que sea resiliente, a través de enfoques agroecológicos, manejo holístico y su proceso de toma de decisiones, la agricultura natural e influencia de políticas y mercado a través de redes que se han comprometido con sus recursos para hacer oír las voces de los ciudadanos. 

Hay cientos de miles de agricultores en busca de suelos saludables y sistemas de alimentación saludables a través de redes de nuestros aliados en el continente africano. Estas redes e individuos continúan celebrando y promoviendo una agricultura agroecológica con un gran énfasis en la creación de resiliencia a través de la salud del suelo.

Trabajamos con todos estos aliados, que son pioneros en el desarrollo de  experiencias de aprendizaje a cargo de agricultores, así como investigaciones para seguir inspirando al cambio. A través del foro global de la Cumbre Alimentaria de los Pueblos en octubre de 2021, seguimos creciendo en este impulso para continuar  creando oportunidades para aprender, celebrar y rescatar la cultura de los alimentos, la agricultura y la gestoría de paisajes en el mundo.

Por un fructífero 2022, lleno de esperanza e intención en cómo podemos seguir adelante. ¡No hay vuelta atrás, nosotros sabemos lo que somos capaces de hacer!