La ganadería bovina de México es menos contaminante de lo que se pensaba

 Por: Academia Mexicana de Ciencias | Publicado: 13 de febrero 2018

Las vacas y toros producen metano —un gas 28 veces más contaminante que el dióxido de carbono— debido a su complejo sistema digestivo que les permite alimentarse de plantas y forrajes —no aptos para el consumo humano—, mismos que transforman en leche y carne, además de otros productos como la piel para fabricar calzado y ropa, o bien sus heces, que sirven como fertilizante orgánico.

Se estima que más del 70% de la emisión de metano en el país es por el sector agropecuario. Este gas proviene de la fermentación entérica —cuando las plantas se fermentan en la panza de los bovinos por acción microbiana—; sin embargo, investigaciones que se llevan a cabo desde 2009 en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) y en la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) sugieren que la ganadería bovina mexicana emite menos gases de efecto invernadero de lo que se estimó en años anteriores.

Octavio Alonso Castelán Ortega, investigador líder en el estudio de emisión de metano del ganado bovino a nivel nacional, indicó que en los registros que México presentaba en las reuniones del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) se utilizaban hasta hace poco los factores de emisión por defecto, concepto que alude a valores estandarizados que no toman en cuenta las características de la dieta del ganado, su peso, los sistemas de alimentación que se aplican en las diferentes regiones del mundo o el clima, pero que son útiles para tener, al menos, una cuantificación estimada por país.

Los factores de emisión por defecto aún son muy utilizados por las naciones, aunque los países desarrollados se han preocupado por hacer estudios más detallados que permitan tener una mayor certidumbre. En México, con la adquisición de infraestructura, como las cámaras de respiración que se encuentran en ambas casas de estudio, el diseño de fórmulas matemáticas y estadísticas en las que se toman en cuenta las variables anteriores, así como las regiones agroecológicas, se ha podido generar factores de emisión específicos para el país.

“Al determinar los factores de emisión de metano estamos encontrando que no son tan altos como cuando se utilizan los factores por defecto, como consecuencia, es posible que el inventario total de emisión sea menor a los que se han reportado a nivel mundial para bovinos productores tanto de leche como de carne”, comentó el doctor en producción animal y manejo de recursos naturales, integrante de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).

Por ejemplo, los bovinos en clima tropical como los de Yucatán emiten mucho menos metano de lo que se tenía estimado, esto está relacionado con los bajos niveles productivos de estos animales.

“Hemos encontrado que las vacas adultas en Yucatán producen alrededor de 40 kilogramos de metano al año, cuando en la literatura se reportan hasta 60 kilogramos. El ganado lechero sí produce más o menos lo que se ha reportado a nivel internacional, estamos hablando de animales que producen más de 30 litros de leche al día; sin embargo, animales con menor producción presentan emisiones en promedio 30% más bajas que los valores por defecto”, explicó.

Investigaciones realizadas en Yucatán por el grupo de trabajo del especialista en nutrición  de rumiantes Juan Carlos Ku Vera, investigador de la UADY y también integrante de la AMC, han demostrado que con las mediciones apegadas al contexto nacional, condiciones agroecológicas, las diferencias regionales, alimenticias y de manejo, se pueden tener datos más precisos que eventualmente conlleven a la elaboración de políticas públicas adecuadas al contexto local, regional y nacional para reducir la emisión de contaminantes de este sector productivo.

“Es necesario que los inventarios estén basados en experimentos rigurosos y reemplazar aproximaciones cualitativas por cuantitativas, además de la utilización de métodos estadísticos robustos para el análisis de datos espacio-temporales con el objeto de reducir la incertidumbre de los inventarios y contar con información más precisa que pueda guiar el desarrollo de políticas gubernamentales encaminadas a la mitigación del cambio climático”, comentó Castelán Ortega.

México es un país ganadero, cuenta con aproximadamente 34 millones de cabezas de ganado bovino y es un exportador importante de piel y carne, por lo tanto, se vuelve muy relevante dar a conocer a nivel internacional que la ganadería bovina mexicana es naturalmente baja en emisiones y tiene amplias oportunidades de reducir, en el corto plazo, su impacto negativo en el medioambiente, destacó el investigador.

Por ello, también se evalúa la calidad del alimento que consumen, la idea a futuro es proponer un suplemento alimenticio que contamine menos, así como formas de alimentación más eficientes. Se sabe que la calidad de los pastos en el hemisferio norte y en el hemisferio sur es más alta, y la calidad de los pastos de las regiones tropicales de México es mucho más baja, “eso hace una diferencia importante en cuanto a lo que consumen los animales y cuánto emiten de metano”.

En las cinco cámaras de respiración con las que se cuenta entre ambos laboratorios en México se han llevado a cabo experimentos para cuantificar la producción de metano y también para probar diferentes estrategias para reducir la emisión con la alimentación de plantas nativas (follaje y frutos de leguminosas), o bien, otros compuestos que no dañen al animal y mejoren su productividad sin afectar al medio ambiente.

De los trabajos realizados se han publicado varios artículos en revistas científicas internacionales y se presentó una solicitud de patente ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial; de igual forma se ha incrementado el número de especialistas en el tema pues cinco nuevos doctores se han graduado al interior de su grupo.

Los resultados obtenidos en la UAEM y la UADY han llamado la atención de científicos en otros países como Colombia, Egipto, Argentina, Argelia, al grado de que han enviado a sus estudiantes a conocer sus metodologías y resultados. Castelán Ortega hizo énfasis en la necesidad de contar con mayores financiamientos para la investigación sobre el tema pues actualmente el recurso es mínimo y, en este escenario, es complicado replicar las investigaciones en otras regiones del país.

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Las nuevas generaciones podrán emprender acciones sobre seguridad y soberanía alimentarias

Publicado: 15 de febrero 2018

Hace tres décadas “empezamos a darnos cuenta” de la relevancia de conservar la biodiversidad y de la magnitud del problema que representa su pérdida, en gran medida por los estilos de vida, señaló al dictar la tercera de las Conferencias Magistrales Metropolitanas, ciclo organizado por la Rectoría General como parte de las actividades conmemorativas hacia el 45 aniversario de esta casa de estudios.

Ante un auditorio pletórico, el ganador del Premio Tyler por Logro Ambiental 2017, uno de los galardones más importantes que se entregan en Estados Unidos, expuso que cuando se aborda el tema en general se piensa en selvas, bosques o manglares, lo cual es correcto, pero “hay una variedad que nunca tenemos presente y es todo lo que nos sirve de alimento, porque estamos hechos de biodiversidad y somos parte de ella”.

Como elementos de la naturaleza “debemos modificar profundamente la relación con ella, así como con los demás congéneres de nuestra especie, ya que sólo de esa manera tendremos las bases para cambiar el comportamiento” humano, que es el factor básico que genera el calentamiento global con el uso de energía o la pérdida de riqueza biológica ocasionada por el uso de los recursos.

Todavía es posible hacer muchas cosas y eso lo enfrentarán los jóvenes, quienes “ya tienen el conocimiento para entender” qué debe hacerse por la Tierra y actuar, porque desde el mismo se pueden hacer cambios serios.

El también miembro de El Colegio Nacional preguntó cómo se va a alimentar la población en las próximas décadas, cuando seis compañías agroalimentarias capturan 70 por ciento del comercio mundial de semillas y “deciden qué se siembra”, algo que seguirán haciendo si no son emprendidas acciones, por ejemplo, en el caso de México, utilizando elementos patrimoniales: la enorme biodiversidad, que lo convierte en megadiverso y le permitiría constituir un centro de domesticación de plantas cultivadas.

“Si vemos en un mapa dónde están los centros de mayor biodiversidad encontramos que coinciden con los de mayor y más antigua diversidad cultural: una cosa genera a la otra”.

Otro elemento fundamental es el capital humano, conformado por el indígena y sus conocimientos de miles de años y el generado por la ciencia y la tecnología, mediante la economía, la sociología rural y la antropología, entre otras disciplinas que son indispensables, señaló el ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México.

El también miembro de la Royal Society, de Gran Bretaña, y de la National Academy of Sciences, de Estados Unidos, sostuvo que usando estos tres elementos “podemos empezar a enfrentar el reto de cómo alimentar a la población de este país”.

Al dar la bienvenida al doctor Sarukhán Kermez, el doctor Eduardo Peñalosa Castro, rector general de la UAM, dijo que la Casa abierta al tiempo sustenta un liderazgo como institución de educación superior que difunde y preserva la cultura, incluidos aquellos aspectos que se deben inculcar por sentido común y en beneficio de todos.

Los recursos de las generaciones venideras no deben comprometerse por satisfacer patrones de producción y de consumo irracionales y este es “un principio que debemos difundir y preservar también desde la universidad pública”.

En el encuentro con el doctor Sarukhán Kermez estuvieron los doctores José Antonio De los Reyes Heredia, secretario general; Rodrigo Díaz Cruz y Fernando de León González, rectores de las unidades Iztapalapa y Xochimilco, respectivamente, así como Adrián Fernández Bremauntz, director ejecutivo de la Iniciativa Climática de México.

En el Ciclo Conferencias Magistrales Metropolitanas antecedieron al doctor Sarukhán Kermez el filósofo Miguel León Portilla y la periodista Carmen Aristegui; continuará el 12 de marzo con la participación del arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, quien abordará el tema El Templo Mayor mexica: 40 años de excavaciones, en la Unidad Cuajimalpa.

El escritor Juan Villoro se presentará en mayo en la Unidad Iztapalapa; el doctor Juan Ramón de la Fuente disertará sobre Drogas: un problema de salud pública, en junio en la Unidad Xochimilco, y el doctor José Ramón Cossío Díaz acudirá a la Unidad Azcapotzalco en julio.

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No-Till Farmers’ Push for Healthy Soils Ignites a Movement in the Plains

No-till farming started as a way to keep costs down for conventional farmers in danger of losing their land. Now it has become a subculture and a way of life for outsider farmers all over rural America.

Author: Twilight Greenaway | Published: February 13, 2018

Jimmy Emmons isn’t the kind of farmer you might expect to talk for over an hour about rebuilding an ecosystem. And yet, on a recent Wednesday in January, before a group of around 800 farmers, that’s exactly what he did.

After walking onstage at the Hyatt in Wichita, Kansas to upbeat country music and stage lights reminiscent of a Garth Brooks concert, Emmons declared himself a recovering tillage addict. Then he got down to business detailing the way he and his wife Ginger have re-built the soil on their 2,000-acre, third-generation Oklahoma farm.

A high point of the presentation came when the 50-something farmer—who now raises cattle and grows alfalfa, wheat, and canola along with myriad cover crops—described a deep trench he’d dug in one of his fields for the purposes of showing some out of town visitors a subterranean cross-section of his soil. After it rained, Emmons walked down into the trench with his camera phone, and traced the way water had infiltrated the soil. Along the way, the Emmons on stage and the Emmons behind the camera became a kind of chorus of enthusiasm, pointing out earthworm activity, a root that had grown over two-and-a-half feet down, and the layer of dark, carbon-rich soil.

“It was just amazing,” said Emmons in an energetic southern drawl. The water had seeped down over five feet. And the other farmers in the room—a collection of livestock, grain and legume producers mainly from Oklahoma, Kansas, Nebraska, and the Dakotas, as well as several Canadian provinces who had gathered for the 22nd annual No-till on the Plains conference—nodded their heads in a collective amen.

Most had travelled for hours to hear Emmons and others like him share their soil secrets, their battle scars, and their reasons to hope. And they knew that getting rainwater to truly soak into farmland—instead of hitting dry, dead soil, soaking an inch or two down, and then running laterally off—is a lost art.

The previous morning, the controversial grazing guru Allan Savory had stood on the same stage before the enthusiastic crowd and described the enormous quantity of spent, lifeless soil that erodes into the ocean every year in terms of train cars. “A train load of soil 116 miles long leaves the country every day,” said Savory, quoting the Natural Resources Conservation Service of the U.S. Department of Agriculture (USDA).

Or to put it another way, erosion accounts for the loss of around 1.7 billion tons of farmland around the world very year. As that soil escapes, so does an abundance of nitrogen and other nutrients that are slowly killing vast parts of our oceans and lakes. And as agricultural soil dies and disperses, it also releases greenhouse gases like nitrous oxide and carbon dioxide.

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Earth Talk: Regenerative Agriculture

Published: February 11, 2018

Dear EarthTalk: What is so-called Regenerative Agriculture and why are environmentalists so bullish on it?
– Jess Mancuso, Montgomery, PA

Regenerative Agriculture (RA) describes farming and grazing practices that help reverse climate change by rebuilding the organic matter in soil and restoring degraded soil biodiversity.

“Specifically, Regenerative Agriculture is a holistic land management practice that leverages the power of photosynthesis in plants to close the carbon cycle, and build soil health, crop resilience and nutrient density,” reports California State University’s Regenerative Agriculture Initiative (RAI). “Regenerative agriculture improves soil health, primarily through the practices that increase soil organic matter. This not only aids in increasing soil biota diversity and health, but increases biodiversity both above and below the soil surface, while increasing both water holding capacity and sequestering carbon at greater depths.” The net result is a drawdown of atmospheric carbon dioxide, and the improvement of soil structure to reverse human-caused soil loss.

According to Terra Genesis International, which helps businesses integrate sustainable farming practices into their everyday operations, key principles guiding the implementation of RA include: progressively improving whole agroecosystems (soil, water and biodiversity); creating context-specific designs and making holistic decisions expressing the essence of each farm; ensuring and developing fair and reciprocal relationships among all stakeholders; and continually growing and evolving individuals, farms and communities to express their innate potential.

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You Can Change Your Soil

Author: Cindy Snyder | Published: February 12, 2018

BURLEY — After 25 years of experimenting with cover crop mixes and tillage practices, Gabe Brown has a simple message for those who would like to put their farms or ranches on a more sustainable path.

“You have the ability to change your soils and your operation,” he told a crowd of more than 300 Thursday at a soil health workshop in Burley. “You can do it.”

When Brown and his wife bought her parents farm in Burleigh County, N.D., in 1991, the soils had less than 2 percent organic matter. A double ring infiltration test showed the ground could only take a half inch of water per hour. The crop rotation had been wheat, oats and barley — all cool season grasses.

Today those same fields have 5 percent organic matter and the soil can take an inch of water in 9 seconds. The second inch took 16 seconds to infiltrate.

“Don’t tell me the soils you have are what you are stuck with,” Brown said. “We can all make changes.”

Not that the process is quick or simple. And Brown warns there is no cookie-cutter approach.

He travels across the U.S. speaking to other farmers about his 5,000-acre farm and also hosts tours of his farm. Everyday he receives more than 100 emails from farmers, most of them asking the same question: What cover crop mix should I plant?

“I didn’t choose your wife,” Brown told the audience. “Why would I choose your cover crop?”

Not matching the cover crop to the resource concern is the most common reason cover crops fail. Brown shared an example of a farmer in South Dakota who baled off his winter wheat straw and then seeded turnips and radishes into the residue. He then grazed off the cover crop and called Brown to complain that the field was still blowing away.

The problem wasn’t hard to diagnose. Brassicas accelerate residue decomposition, and the farmer had already reduced the residue by baling off the straw. There wasn’t enough carbon in the system to armor the soil.

“Cover crops work,” Brown said. “What didn’t work was the person making the planting decision.”

If a seed dealer does not ask a producer within the first couple of questions what resource concern the producer wants to address with a cover crop, Brown recommends hanging up the phone and calling another dealer. “They don’t have your best interest in mind.”

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One Grain at a Time: Assam’s Rice Seed Library for Climate Resilience

Author: Sahana Ghosh | Published: February 8, 2018

In the foothills of the eastern Himalayas in Assam, Mahan Chandra Borah, is racing against time to stock up nearly-extinct and rare indigenous rice varieties, one grain at a time, in his unique seed library-to help secure genetic diversity for climate resilience.

Borah’s ‘Annapurna’ library is “northeast India’s first indigenous seed saving library” that seeks to collect and promote the cultivation of heirloom rice landraces of the region in the wake of climate change. A history graduate-turned-farmer, he started the seed bank about 12 years ago, from Meleng in Assam. Backed by traditional wisdom on diverse rice cultivars imparted by the elderly in his village, he fanned out to hamlets across the northeastern states in hunt of these treasures. He subsequently converted it into a library. His assemblage includes aromatic, sticky, black, flood-tolerant and hill rice among others.

“I started with three varieties. Now I have 250 varieties of rice, mostly from northeast India,” Borah said. “These traditional rice types can withstand extreme climatic variability such as floods, drought etc. But they are not cultivated extensively nowadays due to preference for hybrid or high yielding varieties (HYVs).”

A seed chain

Annapurna is also a sister library of the California-based Richmond Grows Seed Lending Library. Richmond Grows in its website says the idea is that you “plant the seeds, let some go to seed, then return some of these next generation seeds for others to borrow.” So, people from the region can borrow seeds from Borah’s library, conserve it and lend the seeds to others.

Borah has expanded his endeavour to open up libraries in other parts of the state in Sadiya, Balipara and Kaziranga.  “Farmers come to me to deposit seeds. I sow them in a plot of land and then later on, others come and borrow the resulting seeds. It is not a strict rule that they have to give me back some seeds in return. They can carry on the chain. I characterise their properties and educate the farmers as well so they can make an informed choice about the rice variety they want to procure,” he explained.

According to Ministry of Agriculture’s agricultural statistics for 2015-16, India produced 104.31 million tonnes of rice over 43.38 million hectares. Rice is the most significant crop cultivated in northeast India.

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Man Who Wrote the Book on Regenerative Agriculture Says Conservation is the Fifth Ag Revolution

Published: February 5, 2018

According to Dr. David Montgomery, author and professor at the University of Washington who spoke to farmers during the 22nd Annual No-Till on the Plains Winter Conference, our soils around the world have been severely degraded due to conventional agricultural practices. In a recent interview with Radio Oklahoma Ag Network Associate Farm Director Carson Horn, Montgomery says soil degradation has taken on two forms in modern times.

“One, is the erosion and loss of soil itself, like what happened in the Dust Bowl for example,” Montgomery explained. “But also, in terms of degraded soil organic matter – the carbon that’s in the soil. You can think of it as food for the microbes that actually help build soil fertility.”

Listen to Dr. David Montgomery and Carson Horn speak about how regenerative agriculture can reverse the effects of soil degradation here.

Montgomery says in North America, about half of our soil organic matter has been degraded, averaged across the United States. Globally, he says, it is about the same. Not only is that a devastating amount to have lost, it is also continuing to be lost at an alarming rate.

“The pace of global soil degradation at present, shows we’re losing 0.3 percent of our agricultural land capacity globally each year,” he said. “That sounds like a small number, but you play that out over the next 100 years and we’d be on track to lose a third of our agricultural productive capacity while we’re on track to raise our population by 50 percent. Those numbers are working against each other.”

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El Ártico se calienta dos veces más rápido que cualquier otro lugar de la Tierra

Publicado: 10 de febrero 2018

Nuevo nivel de emergencias por crisis climática tendrán que ser prioridad de atención.

El Ártico se está calentando dos veces más rápidoque cualquier otro lugar de la Tierra, lo que ya está afectando a los casi 4 millones de personas que viven en la región, informó la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés).

De acuerdo con la dependencia de los Estados Unidos, este tipo de cambio climático tiene repercusiones en las economías globales, el comercio y la seguridad nacional.

El hielo marino y las condiciones climáticas están cambiando tan rápidamente en el Ártico que algunos animales, que han evolucionado hasta vivir en condiciones de frío extremo, ahora luchan por acostumbrarse a la pérdida de hielo marino y al calentamiento de las temperaturas del agua y el aire. Los pueblos indígenas que dependen de alimentos marinos para su sustento (incluidas 40,000 personas en la costa ártica de Alaska) están siendo desafiados a adaptarse a un nuevo entorno.

Durante los meses de verano, cuando las temperaturas alcanzan su punto máximo, se forman estanques de derretimiento sobre la superficie de las plataformas de hielo del Ártico. Estos charcos de agua pueden reflejar la radiación del sol hacia la atmósfera, lo que puede amplificar los impactos del calentamiento.

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Ganaderos del Guaviare diversifican su actividad y cuidan el ambiente

Publicado: 7 de febrero 2018

Los proyectos de ganadería regenerativa abonan a la economía per su mayor beneficio se dirige al medio ambientalmente, a la vez que fortalecen el tejido comunitario, de eso da cuenta esta experiencia.

Ganaderos del departamento del Guaviare, además de su actividad económica principal, buscaron una alternativa que les permitiera mejorar sus ingresos y trabajar de manera armónica con el medio ambiente: la siembra de chontaduro.

“Diversificaron su producción con el cultivo de chontaduro -cuyo nombre científico es Bactris gasipaes– y algunos le han dedicado hasta 10 hectáreas de sus tierras”, manifestó Aldemar Gavilán representante legal del Comité de Ganaderos del Guaviare.

Este producto genera una sola cosecha al año. “Precisamente ahora se encuentran recogiéndola. Lo hacen durante diciembre, enero y parte de febrero”.

Salen tractomulas de 10, 12 y 14 toneladas todos los días y son llevadas para venderlas en las grandes ciudades capitales del país.

La fruta procede de una palmera que puede llegar a alcanzar los 20 metros de altura, con lo cual, los ganaderos contribuyen al mejoramiento del medio ambiente en sus unidades productivas. 

A la vez que la palmera produce dicha fruta, suministra sombra al ganado y se convierte en una barrera rompe vientos que protege las praderas y les proporciona un mayor rendimiento en su producción.

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No sólo glifosato: Toda la cuenca del Paraná está contaminada con insecticidas

Publicado: 9 de febrero 2018

En julio del año pasado el periodista, Patricio Eleiseguidio, advirtó que toda la cuenca del río Paraná, considerada la segunda más importante de Sudamérica detrás de la que comprende al Amazonas, está altamente contaminada con el herbicida glifosato o AMPA, su degradación. Ahora, una segunda entrega del material publicado por la revista internacional Environmental Monitoring and Assessment y a la que accedió el mismo periodista, eleva la vara a un nivel todavía más dramático: las aguas y el lecho del Paraguay y el Paraná presentan grandes concentraciones de insecticidas como el endosulfan -de uso prohibido en el país desde 2013-, la cipermetrina y el clorpirifos.

Como en la ocasión anterior, el monitoreo lleva la firma de, entre otros, Alicia Ronco -fallecida en noviembre del año pasado- y Damián Marino, ambos especialistas del CONICET, y afirma que el grado de contaminación detectado supera los límites establecidos para la protección de toda la vida acuática.

Según explicó Marino, los resultados provienen de muestras tomadas en 2010 y 2012 en 22 puntos diferentes de las cuencas mencionadas. El trabajo contó con la colaboración de Prefectura Nacional, que aportó su logística y el buque Luis Leloir para el traslado y desempeño de los científicos.

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