High Court Decision on Gm ‘bogus’ Drought Tolerant Maize – Significant Blow to Advancement of Environmental Law in Gmo Decision Making

On 27 June 2023, Justice Tolmay handed down her judgment on the African Centre for Biodiversity (ACB)’s application to review the decisions of South Africa’s Executive Council (EC): Genetically Modified Organisms (GMO) Act, the GMO Appeal Board, and the Minister of Agriculture, Forestry and Fisheries, which approved Monsanto/Bayer’s genetically modified (GM) drought-tolerant (DT) maize variety MON 86470 for commercial cultivation in South Africa (SA).

According to the ACB, these decision-making bodies merely rubber-stamped Monsanto’s application for authorisation, uncritically accepting its evidence that the GMO poses no threat to human health or the environment and ignoring the contrary expert evidence tendered by ACB’s experts.

In this regard, the ACB contends that the EC had failed to evaluate and engage critically with the lack of evidence of claimed drought tolerance, as well as the information furnished by Monsanto, and conduct a rigorous scientific assessment when it was under a legal duty to do so.

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UN Should Be Learning From Sustainable Food Producers – Not Hosting Big Ag

A UN summit on global food systems should be an opportunity to address structural inequalities and tackle hunger. It should be a chance to learn from small-scale producers whose sustainable food practices feed 70% of the world. Instead, next week’s conference in Rome will be a festival of greenwashing, allowing Big Agriculture corporations to tighten their grip on food systems.

This will be the second Food Systems Summit (UNFSS). The first, in 2021 was supposed to address the lack of progress towards the UN’s sustainable development goals. It was dubbed a “people’s summit” by the organisers, but caused an outcry among local producers when their calls to roll back the power of transnational corporations were cynically ignored.

Corporations that dominate global food systems, such as Bayer and Nestlé, used the summit to promote greenwashing initiatives rather than address pressing problems such as food speculation and the impact of Covid-19 on world hunger.

KEEP READING ON OPEN DEMOCRACY

La era de la Alfabetización Ecológica

Somos expertos en inteligencia artificial, pero brutalmente analfabetos en relación a los principios que regulan el funcionamiento de la naturaleza. No logramos incorporar en nuestros sistemas de producción y consumo las enseñanzas que todas las comunidades ecológicas nos brindan a diario. Vivimos en un conflicto permanente entre los sistemas humanos y el resto de los sistemas naturales. La configuración de nuestros modelos mentales quedó anclada en el pasado, alimentada por miedo, desconocimiento y resistencia al cambio. Seguimos aferrados a respuestas que hace generaciones ya no funcionan para el equilibrio de nuestra vida en este planeta. En vez de repensar las preguntas para aprender a interser, redoblamos las dosis de medicinas vencidas, y así estamos, intoxicados en nuestros pensamientos, en nuestros cuerpos, intoxicando cada uno de los ecosistemas de los cuales dependemos para vivir.

¿Qué es la alfabetización ecológica? 

La alfabetización ecológica es aprender a diseñar como lo hace la naturaleza. Es interpretar la vida como redes, flujos y ciclos. Se refiere a la habilidad de entender las múltiples interconexiones en los sistemas naturales que permiten que la vida prospere en la Tierra. Como diría el educador ambiental David W. Orr, es una forma sistémica de pensar, es comprender los principios básicos de la organización de la naturaleza y asumir un estilo de vida respetuoso de estos procesos. Al final del día, el desorden que vive el mundo es el reflejo de nuestro propio desorden mental y de cómo asumimos nuestro lugar en el planeta. El tránsito hacia la salud sistémica requiere incorporar competencias prácticas interdisciplinarias para un rediseño profundo de los sistemas humanos de producción y consumo tomando a los sistemas naturales como modelo a seguir. La alfabetización ecológica es una herramienta central en este proceso.

La búsqueda de nuevos modelos de pensamiento nos invita a pensar la eco alfabetización en clave de preguntas. Este puede ser un punto de apalancamiento importante para lograr la interacción armónica con el resto de las especies. Buenas preguntas nos ayudan a canalizar nuestra fuerza creadora, nuestra capacidad de dar y cuidar la vida. ¿Cómo se organizan las comunidades ecológicas no humanas? ¿Cómo genera la naturaleza las condiciones propicias para la vida? ¿Cómo incorporar los principios de los sistemas naturales en los sistemas industriales y sociales? ¿Cómo se expresa la abundancia en las comunidades bióticas? ¿Cómo aprender a Interser con la trama de la vida? ¿Cuáles son los cambios culturales necesarios para recuperar la biofilia?

Principios de los sistemas vivos

La alfabetización ecológica nos ayuda a comprender el ADN de la vida, y en este proceso hay ciertos principios esenciales. Uno de los más importantes es el principio de la interdependencia. Todo está conectado con todo lo demás. Toda forma de vida de un ecosistema esta interconectada a través de complejas redes de relaciones que definen los procesos de soporte vital. Las redes son el patrón básico de la vida. Como dice el físico y teórico de sistemas Fritjof Capra en su libro “La Visión Sistémica de la Vida”, los ecosistemas son redes de organismos, los organismos son redes de células, órganos, y sistemas de órganos, las células son redes de moléculas. Donde sea que vemos esa trama de la vida, vemos redes interconectadas.

Comprender la interdependencia ecológica significa entender sus relaciones, ya que las interacciones entre las partes de una comunidad ecológica son tan o más importantes que las partes mismas. El éxito de toda la comunidad depende no solo de la calidad de sus individuos, sino de la calidad de las relaciones que se establecen entre ellos, en particular de los vínculos de cooperación. Una de las grandes científicas de la biología evolutiva, Lynn Margulis, descubrió la importancia crucial de la simbiosis en la historia de la vida. El descubrimiento disruptivo de Margulis fue que las células complejas (eucariotas) se originaron de la integración de células sencillas que hasta el momento habían existido de manera independiente en una relación de beneficio mutuo (simbiosis). En sus propias palabras “Todos somos comunidades de microbios. Cada planta y cada animal en la Tierra es hoy producto de la simbiosis”. Margulis nos ayuda a comprender el valor de la cooperación y la interdependencia como mecanismo evolutivo.

Otro principio central es el de los sistemas anidados. Como las muñecas rusas, la naturaleza fractal y compleja de los ecosistemas se estructura en subsistemas anidados unos dentro de otros. Cada parte es un todo y al mismo tiempo está compuesta de subsistemas más pequeños y más grandes, desde lo microscópico a lo planetario, de lo local a lo bioregional, hasta lo global. Ningún sistema puede ser entendido si se enfoca en una sola escala ya que todos los sistemas existen y funcionan enlazados a múltiples niveles de espacio, tiempo y organización. Las interacciones entre estas escalas determinan las dinámicas del sistema en cualquier nivel particular. Los cambios en una escala pueden afectar a todas las demás, ya que en la naturaleza no existen sistemas cerrados, todos están interconectados, dependientes uno del otro. Es por eso que, para comprender o gestionar un sistema, debemos entender qué es lo que ocurre en múltiples dimensiones. A modo de ejemplo, intervenciones como la deforestación masiva en el Amazonas no solo afecta a los países a los que esta selva tropical pertenece, sino al mundo entero, ya que el Amazonas es un inmenso reservorio de biodiversidad, un gran sumidero de carbono y literalmente, una fábrica de lluvia. Al desaparecer sus árboles se pierde la regulación del ciclo del carbono recrudeciendo la crisis climática, la extinción de especies locales incrementa la posibilidad de generar nuevas enfermedades zoonóticas como el COVID 19, y la perdida de la evapotranspiración que generan sus árboles lleva a una mutación severa en los regímenes de lluvias, profundizando sequias y desertificación de tierras a escala global. Es vital comprender que los sistemas anidados y sus múltiples interconexiones son un patrón clave de salud y resiliencia de la naturaleza.

La eco alfabetización también nos enseña que en la naturaleza casi toda la energía que impulsa los ciclos ecológicos proviene directa o indirectamente del sol. Desde el inicio de la vida, el sol calienta la atmósfera, los océanos y los continentes, genera los vientos, por ende, la energía eólica. Mueve el ciclo del agua, generando las olas, las corrientes marinas, las nubes y la lluvia. Hace crecer las plantas, proporciona alimento a los animales e incluso, a lo largo del tiempo, produce los combustibles fósiles. El sol es la fuente absoluta de energía y vida. Se calcula que la radiación solar recibida en la Tierra en una hora equivale al consumo mundial anual de electricidad. Aprender a diseñar mejor, como naturaleza que somos, significa crear una civilización regenerativa alimentada por el sol, basada en la radiación solar directa y en fuentes renovables de energía y de materiales. Nos queda aún mucho camino por andar, hoy día solo el 12% de la matriz eléctrica global es solar y eólica. Como diría el autor del libro Diseñando Culturas Regenerativas, Daniel Christian Wahl “nosotros somos naturaleza, y como tal podemos diseñar como naturaleza. De hecho, no podemos hacer otra cosa”.

El equilibrio dinámico es otro de los principios de las comunidades ecológicas. Habla de la flexibilidad y de la capacidad de adaptación de los ecosistemas a lo largo del tiempo. Si bien la naturaleza está en constante transformación, estos cambios son relativamente estables debido a la autorregulación que se consigue a través de los intercambios de recursos y energía conocidos como bucles de retroalimentación.  Estos mecanismos no solo mantienen el equilibrio, sino que permiten a los ecosistemas superar las alteraciones que pudieran sufrir. Un ejemplo de esto es la capacidad de autodepuración que tiene el agua cuando vertimos contaminantes o cuando restos orgánicos alteran su calidad. En estos casos, se activa una diversidad de procesos biológicos como bacterias aeróbicas que consumen materia orgánica y plantas acuáticas que asimilan nutrientes de tal manera que logran la biodegradación de los agentes contaminantes recuperando la salud del agua. Sin embargo, esta capacidad de adaptación de los ecosistemas no es infinita. Cuando las fluctuaciones constantes de un ecosistema superan determinados límites y se dan en exceso, se rompe el equilibrio natural. La capacidad de resiliencia desaparece, con el peligro de llevar el sistema al colapso. Un ejemplo claro de esto es lo que pasa con el río Matanza-Riachuelo. La cantidad de desechos y contaminantes vertidos son de tal magnitud, que aniquilaron toda capacidad de recuperación y dejaron al río sin señales de vida alguna. Todo indica que nuestro sistema de producción y consumo está causando exactamente lo mismo en la mayoría de los ecosistemas globales. Construir una comunidad regenerativa es aprender a vivir dentro de los ciclos de equilibrio y abundancia de la Tierra.

El reciclaje se suma a la lista de principios básicos en la alfabetización ecológica. Este principio rector nos enseña que los ecosistemas no producen basura, lo que es desecho para una especie es alimento para otra. La bosta de la vaca, por ejemplo, es fertilizante para el suelo, las hojas de los árboles o los troncos caídos en el bosque serán nutrientes y hábitat para animales, insectos y microorganismos, el animal muerto será alimento de otras especies, las lombrices comen las plantas muertas y sus desechos son nutrientes para las nuevas plantas y así, la circularidad de la naturaleza es un proceso de reaprovechamiento constante. La basura es una invención de los seres humanos, resultado de un modelo de producción y consumo desacoplado por completo de la circularidad perfecta que nos muestran las comunidades ecológicas. Una sociedad verdaderamente inteligente no solo no produciría residuos, sino que aportaría todo su ingenio para que de cada interacción con el resto de las especies surgieran ecosistemas cada vez más vibrantes, diversos y cargados de abundancia. Un claro ejemplo de este nuevo paradigma productivo podría ser la agroecología entendida como la ciencia, el movimiento social y la práctica de integrar los procesos ecológicos en la producción agrícola. El objetivo es producir alimentos sanos favoreciendo los procesos biológicos que impulsan el reciclaje de los nutrientes, la biomasa y el agua de los sistemas de producción, con lo que se aumenta la eficiencia en el uso de los recursos, y se enriquece la biodiversidad del suelo. Dentro de las prácticas agroecológicas, los cultivos de cobertura sirven, entre otras cosas, para potenciar la microbiología, para aumentar la materia orgánica, para fijar carbono y para ciclar el nitrógeno del aire (nutriente clave para las plantas) fijándolo en el suelo de forma biológica.

Por último, es importante comprender el principio de la diversidad. La salud de los ecosistemas reposa en la inmensa diversidad de especies. Cuando la red está compuesta por múltiples diferencias el ecosistema es más resiliente, ya que hay una superposición de funciones ecológicas que pueden ser parcialmente sustituidas en caso que la red sufra perturbaciones. Un ejemplo brillante de resiliencia natural es la respuesta de los Esteros del Iberá a los incendios ocurridos en 2022. Luego de sufrir incendios arrasadores en casi el 50% de su superficie, este ecosistema correntino conocido como la “capital de la biodiversidad” activó todos sus mecanismos de restauración, y en menos de seis meses logró recuperar su vitalidad. Imaginemos si los seres humanos pudiéramos incorporar una cultura de la resiliencia que nos permitiera prevenir siniestros y diseñar, como el resto de la naturaleza, para la salud sistémica.

Mucho antes de ser humanos, somos naturaleza. La alfabetización ecológica es una invitación a la reconciliación profunda con nuestra esencia, a aceptar con humildad que somos una especie más entre millones, con las cuales compartimos un ancestro común. Nos recuerda que somos aprendices dentro de un sistema mayor que nos contiene, nos une y con inmensa sabiduría, nos muestra el camino hacia la salud sistémica. Como diría el gran Leonardo da Vinci “Aquellos que toman como referencia a cualquiera menos a la naturaleza, la maestra de todos los maestros, se agotan en vano”. La alfabetización ecológica es el puente que puede volver a unir cultura y naturaleza en el ser humano. Es la herramienta que nos puede ayudar a descubrir el lugar peculiar que le corresponde a la humanidad como parte indivisible de la trama de la vida. Es momento de acoplarnos de forma consciente y plena a la capacidad creadora del resto de la naturaleza.

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Christian Tiscornia

Educador ambiental. Docente de la Universidad Nacional de San Martin en temáticas de desarrollo sustentable y pensamiento sistémico. Fundador de la escuela para la regeneración Quinta Esencia. Abogado, licenciado en políticas públicas de la London School of Economics. Presidente de la ONG especializada en educación ambiental Amartya. 

Stories of Regeneration

Right under our feet, living soils enable us to regenerate ecosystems, replenish waterways, and draw down atmospheric carbon. In Canada, many farmers are implementing regenerative practices that allow them to increase resiliency on their farms as well as in our communities while protecting our planet and ensuring a healthy food system for all.

With Stories of Regeneration, our team is visiting farmers from across the country—listening to diverse voices, exploring changing landscapes, learning about different practices, connecting with local communities through 8 farm events, and producing educational content in the form of 10 short films, 10 podcast episodes, 6 webinars and 10 articles.

Join one or more of our pan-Canadian events from July until October 2023!

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Guterres urge a invertir masivamente en sistemas alimentarios sostenibles, saludables y resilientes

Este lunes dio inicio en Roma la Cumbre de las Naciones Unidas sobre Sistemas Alimentarios +2, que durante tres días buscará determinar los logros alcanzados desde que los países se comprometieron hace dos años a transformar los modelos existentes para la producción, distribución y comercialización de la comida en un mundo en el que 780 millones de personas sufren hambre y la humanidad en su conjunto padece los efectos cada vez más desastrosos del cambio climático.

En el cónclave de alto nivel convocado por la ONU y hospedado por Italia participan unos 2000 representantes de 160 países y más de 20 jefes de Estado y de Gobierno, que debatirán sobre la urgencia de conseguir mejoras sustanciales en la producción de alimentos, la nutrición, el medio ambiente y las condiciones de vida de la población sin dejar a nadie atrás, como lo marca la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible.

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Farmers’ Seeds: The Key to Agroecology

We’re thrilled to announce the final episode of ‘THE LAST SEED’ film, “Farmers’ Seeds: The Key to Agroecology.” This production is a result of a partnership between the Rosa Luxemburg Foundation, the Alliance for Food Sovereignty in Africa, Biowatch South Africa, and PELUM Tanzania.

This compelling documentary takes a deep dive into the world of farming, agriculture, and most importantly, the critical role of seeds. Through a diverse set of voices, including farmers, consumers, and agricultural experts, the film emphasizes the role of seeds as the basis of life and sustainable agriculture.

The film opens with a powerful quote, “They tried to bury us, but they didn’t know we were seeds.” encapsulating the resilience inherent in farmers’ seeds. The film underscores the importance of farmer-managed seed systems, highlighting their crucial role in sustainable, agroecological practices. It celebrates the resilience of these seeds that have nourished communities over generations. The film stresses that preserving indigenous seeds extends beyond ensuring a food supply—it also includes protecting our environment and maintaining a vital relationship between earth and its inhabitants. One of the core messages conveyed throughout the film is the rejection of the colonization of African food policies, agricultural practices, and governance. Instead, the documentary proposes agroecology—a sustainable approach to farming that embraces farmer-managed seed systems. By empowering farmers to take control of their seeds, agroecology represents a departure from dependency on corporate entities. A fundamental tenet of the film is the importance of diversity and how it can help us transition towards a more sustainable, agroecological approach. By encouraging farmers to experiment with diversifying their crops, we can increase the productivity of the entire farm, not just one crop.

This idea forms the crux of a key message in the film: agroecology is about increasing the productivity of the whole farm. Agroecology prioritizes farmers’ empowerment, enabling them to make informed decisions based on local conditions. It reduces reliance on external seed sources as farmers can cultivate and improve their seeds through observation, testing, and adaptation. Each seed thus becomes a knowledge reservoir, integrating years of information about the environment and enhancing resilience.

The film also highlights the fragility of the industrial seed system, drawing attention to its vulnerability when faced with adverse conditions. In contrast, the seeds from a farmer-managed seed system demonstrate their ability to thrive and adapt, reflecting their close alignment with the local ecosystem. It becomes clear that agroecology, rooted in traditional knowledge and sustainable practices, outperforms industrial agriculture on multiple fronts.

Ultimately, “Farmers’ Seeds: The Key to Agroecology” argues that transitioning towards agroecology may be a challenging endeavor, but it is by no means unattainable. It is a rallying cry for everyone – farmers, consumers, and policymakers – to put our minds and hearts into supporting sustainable agricultural practices. We invite you to join us on this eye-opening journey into the world of agroecology. Let’s explore the power of seeds, the resilience of nature, and the potential of farmer-managed seed systems. By embracing agroecology, we can cultivate a future where sustainable farming and food sovereignty are the norm.

¿Qué es la agricultura regenerativa?

En la actualidad, la población mundial es de 8.000 millones de personas. Como recoge el Informe Cocampo sobre la Inversión en Suelo Rústico en 2022, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) prevé que llegue a los 10.000 millones de personas para 2050.

Este crecimiento de la población supone un aumento en más de un 50% de la producción de alimentos, para lo que la agricultura y la ganadería resultan fundamentales.

La degradación de los recursos del suelo rústico y el cambio climático suponen una dificultad para la alimentación de la población. Cerca del 30% de la superficie de España está sometida a procesos erosivos medios o altos. También, la erosión produce la pérdida de 543 millones de toneladas de suelo al año, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO).

Por ello, cada vez se apuesta más por procesos de producción concienciados con el medio ambiente, los recursos de la tierra y la biodiversidad, entre los que se encuentra la agricultura regenerativa.

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Regeneration International has Reached More than 500 Partners from Every Continent!

More than 500 Partners from Every Continent

Regeneration International (RI) is one of the largest and most significant regenerative organizations on the planet, with over 500 partners in over 70 countries in Africa, Asia, Latin America, Australasia, the Pacific, North America, and Europe. We are the people who started the global regeneration movement.

Leaders of the organic, agroecology, holistic management, environmental, and natural health movements came together to form Regeneration International as a genuinely inclusive and representative umbrella organization. We aimed to establish a global network of like-minded agricultural, environmental, health, and social organizations to regenerate our food and farming systems, our health, environment, climate, and communities – which is what we have done.

We started the global regeneration movement, and due to our founding actions, regeneration is in the news daily. Regeneration International continues to lead, grow and approve more partners every month.

Due to the diversity of like-minded partners, regenerative agriculture is now being used as an umbrella term for the many farming systems that use techniques such as longer rotations, cover crops, green manures, legumes, compost, and organic fertilizers. These farming systems include organic agriculture, agroforestry, agroecology, permaculture, holistic grazing, silvopasture, syntropic farming, and other agricultural systems that increase soil organic matter/carbon. Soil organic matter is an essential proxy for soil health – as soils with low levels are not healthy.

Dr. Vandana Shiva, one of our founders, stated: “Regenerative agriculture provides answers to the soil crisis, the food crisis, the climate crisis, and the crisis of democracy.” 

Defining Regenerative Agriculture.

By definition: Regenerative systems improve the environment, soil, health, animal welfare, and communities.

The opposite of Regenerative is Degenerative

By definition: Agricultural systems that use Degenerative practices and inputs that damage the environment, soil, health, and communities and involve animal cruelty, such as synthetic toxic pesticides, synthetic water-soluble fertilizers, genetically modified organisms, confined animal feeding operations, and destructive tillage systems, are not Regenerative.

They must be called out as Degenerative Agriculture.

Regenerative and Organic based on Agroecology – the path forward.

RI’s perspective: All agricultural systems should be regenerative and organic using the science of agroecology.

Regeneration must be seen as a way to improve systems and heal our planet. Practitioners must determine what practices are acceptable and what practices are degenerative and, therefore, unacceptable. The criteria to analyze this must be based on the Four Principles of Organic Agriculture. These principles are clear and effective ways to decide what practices are Regenerative and what are Degenerative:

Health

Organic agriculture should sustain and enhance the health of soil, plant, animal, human, and the planet as one and indivisible.

Ecology

Organic agriculture should be based on living ecological systems and cycles, work with them, emulate them and help sustain them.

Fairness

Organic agriculture should build on relationships that ensure fairness in the familiar environment and life opportunities.

Care

Organic agriculture should be managed in a precautionary and responsible manner to protect the health and well-being of current and future generations and the environment.

Ronnie Cummins, one of our founders, clearly stated: “Regenerative agriculture and animal husbandry is the next and higher stage of organic food and farming, not only free from toxic pesticides, GMOs, chemical fertilizers, and factory farm production, and therefore good for human health; but also regenerative in terms of the health of the soil.”

Groundbreaking Research Reveals Natural Farming Leads for Yields, Livelihoods, and Health

pioneering new study analyzing the costs and benefits of different farming systems gives new evidence to support agroecological natural farming as a key approach to help feed communities and transition farmers to nature-positive outcomes in support of the Sustainable Development Goals (SDGs).

This first-of-its-kind research, led by impact data and analytics provider GIST Impact and supported by the Global Alliance for the Future of Food, used True Cost Accounting methods to compare the major economic, social, and health impacts of natural farming with the three existing and still dominant farming systems in the Indian State of Andhra Pradesh – tribal farming, rainfed dryland agriculture, and chemically-intensive farming in the delta region.

The study shows that farms using natural inputs achieved equal or higher yields compared to the other farming systems – on average, these farms saw an 11% increase in yields – while maintaining higher crop diversity.

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De la defensa del maíz a la salvación del planeta

En la vida, hay eventos decisivos que en cuanto pasa el tiempo se convierten en parteaguas imposibles de olvidar. Sucesos paradigmáticos que constituyen saltos cualitativos, resultado de la progresiva acumulación de cantidades. El ejemplo universal es el salto del agua que expuesta a la acción del fuego va aumentando grado por grado, pero que al pasar del 99 al 100 se convierte en éter: pasa de líquida a gaseosa. Esto acaba de ocurrir con el acto de celebración de los 10 años por los que un colectivo de 52 ciudadanos, más 22 organizaciones campesinas y civiles logramos detener la siembra del maíz transgénico y su pareja el herbicida glifosato promovidos por cuatro poderosos corporativos agroalimentarios (PHI, Dow, Syngenta y la actual Bayer-Monsanto).

Esta medida, única en el mundo, se logró por la vía legal mediante una acción precautoria que ha detenido las solicitudes de permiso para sembrar maíces transgénicos en México, y que ha sido impugnada decenas de veces (sin éxito) por las corporaciones.

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