Manejo Holístico: ¿Puede cambiar el rol de la ganadería en el futuro?

Términos como regenerativo, ecológico, natural están cada vez más presentes y surge otra opción bajo el nombre de Ganadería Regenerativa (GR).

Para conocer más sobre este nuevo paradigma basado en el Manejo Holístico (MH), AgrofyNews dialogó con Juan Pedro Borrelli, coordinador de la Escuela de Regeneración (ER), un proyecto incubado por Ovis 21. Esta escuela nació en 2013 con el objetivo de enseñar y aprender actividades que promuevan la regeneración de los ecosistemas y las comunidades.

En palabras de Borelli, se trata de una ganadería que aumenta el capital biológico y social. “Permite incrementar la tasa de infiltración de agua de los campos, la biodiversidad, secuestrar carbono en suelo y favorecer las especies perennes”.

¿Cómo? Según la ER, durante mucho tiempo se creyó que había un conflicto entre producir más y cuidar la tierra. Al respecto, señalan que el MH rompió esa falsa antinomia y permitió aumentar la rentabilidad de los predios al mismo tiempo que se regenera la tierra.

SIGUE LEYENDO EN AGROFY NEWS

Fase Vandana: la filósofa india entrevistada por Soledad Barruti

El 24 de marzo al atardecer, el primer ministro de India, Narendra Modi, le dio a la población de su país solo cuatro horas para establecer un lugar de residencia del que no podrían salir durante los próximos 21 días, salvo para satisfacer necesidades básicas. A las doce de la noche se suspendió el transporte público, se cerraron todos los negocios que no fueran alimentarios o de medicina, y las calles pasaron a ser vigiladas por la policía, que tenía la orden de garantizar el aislamiento de las mil trecientas millones de personas que conforman la séptima economía mundial del capitalismo salvaje.

El 25 de marzo ciudades como Mumbai y Delhi amanecieron así: con los mercados raleados por quienes podían asegurarse el abastecimiento de comestibles, productos de limpieza y farmacia; con los pequeños puestos de frutas, verduras y especias clausurados; y con millones de personas que viven en la calle y dependen del trabajo diario para vivir sin nada que hacer más que buscar cobijo en una ciudad superpoblada y sin habitaciones de más.

Los pobres aguantaron acomodados donde pudieron un día, dos, algunos ni siquiera eso. Tomaron lo que tenían, sus propios cuerpos, los de sus hijos, alguna tela para taparse la boca, y empezaron a caminar para volver a casa: ese destino rural del que habían salido unos 10, 15, 25 años atrás forzados por la idea de un futuro próspero en las capitales. En una semana las rutas y caminos de India se vieron colmadas por millones de personas que, hambreadas y asustadas, improvisaron la caravana migrante más grande de la actualidad, y de ese país desde 1947, cuando se retiró la colonia inglesa.

A la doctora en física, filósofa y ecofeminista Vandana Shiva el bloqueo en India la encontró en un lugar privilegiado: Derhadun, una ciudad al norte, sobre las laderas del Himalaya junto al Tibet, donde nació y vivió su infancia rodeada de bosques, y donde hoy funciona la Universidad de la Tierra y granja agroecológica que creó en 1987, su fundación: Navdanya.

Vandana no se ha movido de ahí desde entonces y, sin embargo, con un entusiasmo avivado como volcán por la contingencia, no ha dejado de desplegar ideas y proyectos para aprovechar el impulso. Porque así lo ve: “Lo que se está viviendo en este país, donde la cuarentena fue más brutal que en ningún otro, es un fenómeno masivo e inesperado de desurbanización. La vuelta a casa de millones de personas que se están reencontrando con sus familias, en lugares donde no falta comida porque hay tierras para producirla, donde la vida para ellos puede volver a tener sentido”, dice y sonríe y se enciende como pocos en esta época de miedo y parálisis. “Yo creo que estamos viviendo una gran oportunidad. Por eso lo que estoy pidiendo a quienes reciben a los migrantes, a quienes los ven retornar, es que lo hagan con los brazos abiertos, dispuestos a enseñarles a cultivar, a ser autosuficientes, a reconectarse con la comunidad”.

Para esta líder revolucionaria y pacifista nada es casual. La degradación física y moral del sistema económico, con el sistema alimentario como máximo exponente de nuestra capacidad de destrucción, nos ha dejado a merced de este virus que antes que como metáfora, funciona como Aleph. Ahí está todo: el resultado del absurdo espejismo antropocéntrico sobre el que hacemos andar la modernidad y la ineludible mutualidad de la vida en red que puede ser de contagios mortales o interconexiones virtuosas. “A mí me resulta inevitable pensar que este es un momento de volver a la raíz, y reorientar nuestro propósito, como individuos y como sociedad”, dice Vandana hablando primero de sí. “A mí el bloqueo me dejó encerrada en mis memorias de infancia y juventud. Cada día me despierto y agradezco a mis padres por estar acá, por haber plantado los árboles que me rodean estos días. Respiro, pienso, escribo, comunico consciente de todo lo que me hizo lo que soy, de cada uno de mis anhelos y luchas”.

¿Creés que algo de esa reconexión pueden estar experimentando las mujeres y hombres que volvieron a sus pueblos en estos días?

Creo que esa es la oportunidad, que experimenten eso. Porque los jóvenes que caminaron 500, 800 kilómetros para volver a sus hogares habían sido convencidos de que no había ninguna razón para producir alimentos, para vivir en el campo. Pero tras 25 años de libre mercado, globalización y desruralización, las ciudades les demostraron de la peor manera que no podían contenerlos ni a ellos ni a nadie. Que sobraban. Estamos hablando de personas que no tienen nada, que viven de lo que pueden hacer con sus cuerpos cada día. Y estamos hablando de la mitad de la población de India…

Sin embargo, los analistas hablan de la economía India como “floreciente”, “pujante”, “una demostración de lo mejor del capitalismo”, “la séptima economía del mundo”…

Es que las personas están por fuera de esos análisis. La naturaleza también. Cuando se habla de economía lo que se tiene en cuenta aquí y en todos lados es solo lo que ocurre en el mercado formal, las ganancias de las grandes compañías. En India somos una economía de mucha gente, que trabaja duro, en muy pequeños negocios. Los vegetales llegan a la puerta de cada casa. O al pequeño almacén, de los que hay muchísimos. Son los lugares que cuando cierran nadie cuenta. Por eso el primer ministro cerró el país sin analizar esas pérdidas. La economía de los pobres no se tiene en cuenta, de las mujeres no se tiene en cuenta, de los campesinos tampoco. A toda esa cantidad de personas caminando de vuelta a casa nadie las contó como pérdidas. A lo sumo les pusieron unos trenes cuando llevaban días de caminata y las imágenes eran una vergüenza nacional.

Esos mismos analistas dirían que esas personas van a volver a las ciudades no bien puedan hacerlo.

No. Yo creo que el coronavirus está revirtiendo lo que hicieron tantos años de colonización e invasión en nuestro país. Y exponiendo cómo funcionan en todo el mundo los modelos como el de Monsanto. Hace muchos años esa empresa publicó su plan: una agricultura sin agricultores, sin naturaleza, sin nada más que su combo de semillas modificadas y agrotóxicos diseminadas por el campo. Algunos le creyeron. Y lo que estamos padeciendo ahora son los resultados de esa invasión: un mundo con la naturaleza rota que permite la dispersión de virus, campos vacíos y hacinamiento en las ciudades.

Y una población cada vez más enferma.  

Eso es muy grave. No solo hay nuevas enfermedades sino que los riesgos de morir por una de ellas, como la Covid-19, aumentan con la diabetes tipo 2, la hipertensión o el cáncer que crea este modelo. Empresas como Bayer-Monsanto, y también Coca Cola, Nestlé, Kellogs son las responsables: compañías que crean productos que no son compatibles con nuestra biología.

¿Qué es lo que impide que la sociedad pueda despertar ante algo tan evidente?

Por un lado, el poder corporativo que nos atrapó en su modo de entender la vida. Este pequeño puñado de corporaciones que consolida su poder en la Segunda Guerra Mundial. En la Alemania Nazi empresas como Bayer generaban gases para matar a las personas que estaban dentro de los campos de concentración. Esas mismas compañías, terminada la guerra, cambiaron el uso de sus productos: empezaron a usarlos como herbicidas, insecticidas, fungicidas, un arsenal químico que se instaló en la agricultura continuando su capacidad de daño y de dominación a través de la violencia y el miedo. Pero además hay otro: este sistema crea adicción. Se habla de Bayer como el productor de las aspirinas. Pero antes de eso fue el productor de la heroína. Una droga altamente adictiva que debe su nombre a que te hacía sentir como un héroe. Este sistema se sostiene con ese espíritu.

Cultura zombi

El 12 de mayo las cámaras de televisión de todo el planeta apuntaban a Francia. Tras semanas de aislamiento y casi 30 mil muertos por coronavirus ese país inauguraba la Fase 1 levantando la clausura de los lugares icónicos a los que pocos creían iba a ser tan fácil volver. Ni la torre Eiffel ni el Louvre, me refiero a tiendas como Zara. El momento en que la persiana de metal subió y las luces led se descubrieron como siempre están, prendidas, los miles de compradores que aguardaban el evento, caminaron encimados en veloz procesión pagana, olvidando al instante la distancia social y el alcohol en gel.

El momento quedó inmortalizado como un nuevo hito del poder magnánimo del consumismo que se lleva puesto, ni digamos la esperanza de un futuro mejor; antes que eso: el instinto mismo de supervivencia. Y lo mismo ocurrió en Brasil, y en Estados Unidos, y parece que ocurrirá en cada lugar que decida volver a la mentada normalidad.

¿Qué te provocan esos fenómenos? 

Creo que es la mejor evidencia de lo que te decía antes, de la adicción que provoca este sistema. Las personas creen que tienen libertad de elección porque les han contado que viven en un sistema regido por el libre mercado. Pero lo cierto es que están atrapadas en un esquema consumista creado por compañías expertas en generar adicción. Las personas son forzadas a desear y comprar lo que no necesitan. Y compran y tiran, y compran y tiran, y compran y tiran, y trabajan solo para eso: comprar y tirar. Esta forma urbana y destructiva de colonialidad es lo que trajo el mundo al estado en el que está hoy y eso encuentra en algunas ciudades una representación perfecta con todo el conjunto: la mentalidad antropocéntrica, mecanicista, monocultural y dominante.

Hace unas semanas entrevisté para este mismo medio al arquitecto y activista brasilero Paulo Tavares, que hablaba de la urgente necesidad de deconstruir la arquitectura y la vida urbana bajo la perspectiva decolonial. Él planteaba que la arquitectura sirvió hasta ahora para erigir una forma de vida urbana que concreta una idea civilizatoria en antagonismo con la naturaleza. Teniendo en cuenta que la vuelta al campo nunca va a ser tan masiva como para abandonar completamente las ciudades, ¿cómo creés vos que podríamos transformar eso en algo más razonable?

Yo crecí en una ciudad en India que aun muestra que eso es posible. En mi ciudad natal había una regla: solo se podía construir en un quinto de la tierra. El resto debía estar ocupado por la naturaleza. Por eso hoy mi casa es un bosque. Podemos ser una civilización que cree caminos bordeando bosques, en vez de avanzar en línea recta talando árboles. Si queremos ciudades en armonía con la naturaleza podríamos empezar por ahí: que los árboles nos den la dirección: permitamos eso. Otro buen ejemplo de una vida urbana posible está en Xochimilco, en plena Ciudad de México: un lugar de huertas que podría alimentar a toda esa población. Eso fue creado por las civilizaciones indígenas que vivían ahí antes de la conquista. Es un método productivo y un modo de vida al que se le opone el Real State que es el modo de construir en este paradigma: especulación inmobiliaria para montar vidas lineales y rápidas. Es lo que hacemos. Vivimos así. Bueno ¿a qué nos llevó? A este parate, a este encierro. Y acá estamos. Algunos repensándolo todo por primera vez, viendo esa locura por la velocidad.

Otra de las cuestiones que se están poniendo en debate en estos días en todo el mundo es el sistema de salud. 

Así como tenemos que conseguir un equilibrio entre la ciudad y el campo, tenemos que redefinir qué es salud y hacer resurgir una conexión con nuestra salud y con nuestro cuerpo. El paradigma de salud occidental asume al cuerpo como un contenedor de órganos y funciones. Cuando alguna de esas partes se descompone se le declara una guerra a esa parte, a esa enfermedad. Así, cada terapia diseñada por el sistema médico occidental es de algún modo un ataque defensivo. Por eso sale una y otra vez la misma metáfora: la guerra. Esa que se está librando ahora contra el coronavirus, y que se libró tantas otras veces contra otras enfermedades. Es una metáfora terrible, porque esa guerra nunca se va a ganar.

Claro, si se ve la enfermedad como un desequilibrio de la vida, un ataque solo va a agravar el problema teniéndonos a nosotros como campo de batalla.

Exacto. Pero la mentalidad bélica y militarista gobierna también la relación con los cuerpos. En India el paradigma de salud es muy complejo: una ciencia para la vida. No es un sistema creador de enfermedades ni bélico. El objetivo está puesto en comprender la organización  y preservar el equilibrio de un sistema complejo: el organismo humano. Si la enfermedad es un desequilibrio, la salud radica en traer ese equilibrio de vuelta. Y eso depende mucho de la alimentación. La comida es un gran estabilizador del sistema, es la cura de todas las enfermedades para nosotros. Y eso por supuesto no está reñido con la evidencia: si nuestra comida está intoxicada, si usamos venenos para producirla ¿cómo vamos a estar saludables? Hace unas semanas lanzamos un manifiesto llamado Food for Health al que invitamos a los mejores médicos de Europa a sumarse, reunimos estudios y comunicamos una vez más que necesitamos cambiar el sistema alimentario para que sane la humanidad y la tierra.

Una de las frases trilladas favoritas del agronegocio y de la agroindustria es que esta forma de reconexión que planteás es un viaje al pasado. 

La construcción científica contrahegemónica tiene una biblioteca muy abundante. Está nutrida de papers, avances y científicos muy calificados. Pero tampoco es una novedad que los poderes buscan deslegitimarla. Y, si no pueden, la prohíben. En India también somos un ejemplo de eso. Cuando los colonos ingleses llegaron y conocieron nuestro sistema médico, el ayurveda, lo prohibieron. Hasta que se empezó a enseñar y a estudiar bajo la forma de impartir el saber de los ingleses: con universidades, currículas, modos de estudio. Entonces en los 90 en Estados Unidos  entendieron cómo funcionaban algunas cosas. La cúrcuma, por ejemplo. Una raíz que en ayurveda se usa para elevar la inmunidad. ¿Y qué hicieron? La patentaron. Pasamos de la prohibición a la apropiación.  Y es algo que sigue al día de hoy cuando la Organización Mundial de la Salud imparte los lineamientos sobre el ayurveda escriben informes en donde sugieren no nombrar a la cúrcuma.

¿Bajo qué pretexto?

Ellos dicen que están buscando la evidencia que pruebe que tomar cúrcuma eleva el sistema inmune. Pero lo hacen midiendo el efecto según su modo de evaluación, que no reproduce las formas de uso que tenemos en India, porque partimos de esta base donde un cuerpo sano y enfermo no quiere decir lo mismo. Entonces nos enredan en una carrera engañosa.

¿Y cómo responden a eso?

Huyendo de ese reduccionismo lineal, mecanicista, cartesiano que fue creado como otro modo de colonización europeo, y que considera a nuestro conocimiento superstición, nos inferioriza, se lo apropia y se queda con nuestros recursos.

Carne de soja

Teniendo en cuenta que este virus, según la evidencia científica disponible más fuerte hasta ahora se origina del abuso que generamos sobre otros animales, me gustaría preguntarte qué pensás sobre el consumo de carnes, de las granjas industriales y del veganismo como una respuesta a eso.

Desde que escuché la idea de las granjas industriales siempre me parecieron mal. Las vi crecer. Y crecen porque crece la producción de soja y maíz transgénico. El agronegocio necesita vender todos estos granos que producen. Nadie se los va a comer si no están esos miles de millones de animales. Estas fábricas de carne son mayormente subsidiadas por eso: porque sirven para que funcione el sistema. Luego creemos que son buenos negocios, pero si no estuvieran apoyados por los gobiernos, ni siquiera como eso funcionarían.

Vos sos vegetariana.

Sí, lo soy. Pero no creo que todo el mundo deba serlo. Hace un tiempo estuve en Groenlandia y cuando pregunté por qué comían carne uno levantó la mano y me contrapreguntó: “¿Te parecería mejor que importáramos tomates de África?”. Creo que tenemos que entender que podemos tener una relación violenta con las plantas –y ahí los transgénicos son un buen ejemplo- y una relación violenta con los animales –las granjas industriales son eso. Pero podés tener una relación no violenta con las plantas –como la que logra la agroecología- y una relación no violenta con los animales –que es la que tienen los pastores de Groenlandia o los indígenas: hay muchas culturas indígenas que no comen animales, pero otras muchas que sí. Las que están en Amazonas por ejemplo, protegiendo y garantizando la biodiversidad como ninguna otra cultura, lo hacen.

Claro, se trata de entender la diversidad cultural y alimentaria, expresada en un contexto determinado, como una selva, el Ártico, un lugar costero, como parte garante de la biodiversidad de ese lugar.

Sí. Tenemos que respetar las formas de vida que hay en el mundo y no podemos pensar que comer animales es igual en todos los casos. Y tampoco podemos pensar que defender una alimentación basada en plantas sea sinónimo de defender un mundo mejor. Hay personas veganas que celebran que exista la Imposible Burger: una hamburguesa artificial creada en un laboratorio mediante plantas salidas de monocultivos tóxicos, o sea tratadas con violencia, que para su producción violentan campesinos, mariposas y abejas, y animales que por supuesto ya no viven en torno a esos cultivos. Esa hamburguesa de soja que parece carne sangrienta es una mentira. Y hay algo que se llama verdad: no se puede pregonar una idea de alimentación no violenta partiendo de esos alimentos, de esa relación mentirosa con la tierra y con el propio cuerpo. A quienes pregonan eso como la salvación les diría que despierten: la alimentación basada en plantas que crecen con toda esa violencia no produce nada mejor. Coman una zanahoria y reconozcan eso como alimento: conozcan de dónde viene, cómo se produje, denle la dignidad que merece a la planta. Dejen de hablar de una alimentación basada en plantas: esa zanahoria tiene un valor enorme en su subjetividad, una historia de interrelaciones maravillosas, que incluye animales, insectos, personas: no es simplemente una planta que da igual. Y hay algo más. En el instante en que alguien dice “basado en plantas” están dando a la industria permiso para usar esa parte de la naturaleza como material para sus experimentos, manipulación y control. Y tal vez esa persona crea que llegó a algo mejor, pero solo porque permanece ciega a todo el horror que decidió no ver. Y así será llevado como otro adicto a la heroína de este sistema hacia otro nivel, más oscuro y difícil del que salir, con un costo altísimo para la tierra en su totalidad y para sí mismo.

Antes que un problema alimentario, de salud, o de vivienda, pareciera ser un problema de información.

Y de conciencia. La conciencia nos invita a actuar, a tomar las decisiones que estén a nuestro nivel. Tenemos que decir más fuerte que no a todo ese modelo agroindustrial de salud, de vida, de alimentación. Y eso incluye hoy cuestiones incómodas como estar en crisis y decir que no a las donaciones que el agronegocio hace para alimentar a los pobres. Tenemos que elevar la vara: la comida de todos, también de los pobres, debe ser saludable, sin transgénicos y sin venenos y sin mentiras. Cuanto más alta la amenaza, más grande debe ser nuestra responsabilidad para enfrentarla.

¿Sos optimista?

Bueno, estoy entrenada en la teoría cuántica. En eso me doctoré cuando terminé la carrera de Física. Entonces cuando veo un problema trato de entenderlo desde sus causa, sus raíces, sus perspectivas. También me coloco a mí misma en algún lugar de ese panorama y pienso, qué puedo hacer yo para que ese asunto sea mejor. Y no importa cuán grande el problema, al final siempre llego a lo mismo: tenés que tener semillas, producir comida y liberar tu mente. Esa es mi responsabilidad. Luego, las soluciones empiezan a acomodarse solas.

¿Cómo creés que afectará a este movimiento todo el sistema represivo que está naciendo a medida que la pandemia avanza?

Yo estoy segura de que estamos llegando a un nuevo nivel dentro del capitalismo. Será un capitalismo de vigilancia y control. Los estados van a hacer dinero de vigilarnos y lo peor es que nosotros con nuestros impuestos vamos a pagar porque nos controlen. Pero en la historia humana cada vez que ha habido opresión, se ha podido recurrir a un arma popular que sigue vigente: la desobediencia. Y en mi país tenemos un ejemplo muy importante en ese sentido: Gandhi. Con su manifestaciones no violentas, sofisticadas al punto de impedir el control de la sal que quería obtener la colonia inglesa, y conducirnos a la independencia. Eso mismo me inspiró a mi para combatir a Monsanto cuando quería patentar todas las semillas: yo llamé a la desobediencia civil a los campesinos y 33 años más tarde seguimos entendiendo que la guarda, intercambio y siembra de semillas es nuestro derecho. Ese es el espíritu que tenemos que despertar en esta época para ir en contra de las corporaciones que ya no van por un país sino que buscan globalmente quedarse con los recursos y controlarlo todo. Nosotros, los que queremos un mundo libre y una tierra sana, somos una red muy grande, mucho más grande que esa.

Imaginemos que sucede, que el encierro sirve para sacar del encierro y la opresión a millones de personas… 

Es que es lo que va a ocurrir, porque el paradigma que celebra un futuro donde las personas viven masivamente en las ciudades, y solo un 2 por ciento se queda en el campo no funciona. No hay tal futuro. Ese plan no ha sido bueno para nadie. Ahora hay que trabajar para que esas personas que quieren volver al campo o que ya volvieron encuentren ahí un modo de vivir, con compasión y consistencia. Hay que regenerar la economía rural. Ese salvataje incluye el de las tierras: tiene que haber tierra para ellos, y medios de producción. Yo estoy haciendo lo que siempre he hecho y lo que creo que hay que hacer más que nunca: conservar semillas y promover la agricultura no tóxica. Salvemos a las comunidades, salvemos la tierra: regeneremos; ese es mi plan. Afortunadamente, como en India el fenómeno de urbanización no tiene tanto tiempo, cuando las personas vuelven encuentran que sus padres y abuelos aun les pueden enseñar a cultivar. Los agricultores que ya venían trabajando de ese modo hoy me dicen: “Porque producimos nuestra comida no tenemos hambre ni estamos en crisis”. Y con ellos estamos dándoles la bienvenida a quienes vuelven. Utilicemos esta crisis para construir un sistema que sea libre de venenos, de petróleo, de semillas modificadas. Comunidades donde cada persona sea valiosa.

Es un buen momento después de todo. 

Sí. Si tienes la conciencia más o menos clara, e incluyes en tus variables la capacidad creativa y regenerativa que tiene la tierra, es un buen momento. Tenemos que volver a trabajar con la naturaleza, eso es todo. Y tenemos que trabajar puliendo nuestros corazones y nuestras mentes para estar preparados para este cambio de paradigma, de vida, que es inevitable. Es un momento que exige lo mejor de todos nosotros. Por eso cada día al levantarse hay que luchar contra la inercia. Mirar hacia adentro y preguntarse: cuál es la injusticia que no estoy dispuesta a aceptar, cuál es la brutalidad que ya no estoy dispuesta a aceptar, cuál es la forma de violencia que ya no contará conmigo. Y después salir a encarnar esas respuestas.

Publicado con permiso de La Vaca

Manejo holístico. Recuperación y regeneración de pastizales en una zona difícil

El paisaje de muchos campos del centro de Río Negro es bastante monótono: tierras áridas con monte arbustivo de bajo valor forrajero, hacienda en pastoreo continuo desde hace muchos años y una muy reducida carga animal: normalmente se requieren 300 hectáreas para sostener diez vacas de cría, que generan bajo porcentaje de preñez y destete.

Esta realidad es consecuencia de las escasas precipitaciones -220 mm de promedio anual- y del sobrepastoreo con ovinos durante muchos años, que diezmó las especies forrajeras valiosas, provocó desertificación y dejó principalmente jarilla y chañares, dos especies rechazadas por la hacienda.

Sin embargo, en medio de ese desierto aparecen oasis. Es el caso del campo “Doña Rosa”, de Gustavo Urcera, quien maneja una empresa que cortó amarras con la situación tradicional y se animó a avanzar con una nueva carta de navegación -el manejo holístico de pastizales- que le permitió aumentar la carga animal en más de un ciento por ciento.

CONTINUE LEYENDO EN LA NACIÓN

Se acumulan pruebas sobre el origen de laboratorio del COVID-19

Traducción por Regeneration International, artículo original por Independent Science News

 

Si la sociedad aprendió una lección de la pandemia del COVID-19 es que la ciencia no genera certeza. ¿Los cubrebocas caseros funcionan? ¿Cuál es la tasa de mortalidad del COVID-19? ¿Qué tan precisas son las pruebas? ¿Cuántas personas no tienen síntomas? Etcétera. Prácticamente la única aseveración sin cuestionar hecha hasta ahora es que todos los parientes genéticos conocidos de su causante, el virus Sars-CoV-2, se encuentran en murciélagos rinolófidos (Zhou et al., 2020). Por lo tanto, la reserva viral probable fue un murciélago.

Sin embargo, la mayoría de estos coronavirus aparentemente ancestros de murciélago no pueden infectar a los humanos (Ge et al., 2013). Por lo tanto, desde su inicio, una pregunta clave que se cierne sobre la pandemia ha sido: ¿Cómo es que un virus de RNA de murciélago evolucionó a un patógeno humano que es tanto virulento como mortal?

La respuesta que ha sido acogida casi universalmente es que hubo una especie intermediaria. Algún animal, tal vez una serpiente, tal vez una civeta de las palmeras, tal vez un pangolín, sirvió como un huésped temporal. Este animal de vinculación probablemente tendría un receptor celular ACE2 (la molécula que permite la entrada celular del virus) intermedio en la secuencia de proteína (o por lo menos estructura) entre el murciélago y el humano (Wan et al., 2020).

En la prensa y la literatura científica, los escenarios en los cuales esta transferencia zoonótica podría haber sucedido han sido meditadas sin fin. La mayoría fueron avivadas por los primeros descubrimientos de que muchos de los primeros casos de COVID-19 parecen haber ocurrido en y alrededor del mercado de animales vivos Huanan de Wuhan. (La última información dice que 14 de los 41 primeros casos, incluyendo al primero, no tenían conexión con el mercado animal (Huang et al. 2020))

Desde las dos últimas casi pandemias por coronavirus del SARS (2002-3) y MERS (2012) ambas probablemente salieron de murciélagos y se piensa que ambas (pero no se ha probado) transicionaron a humanos vía animales intermedios (civetas y dromedarios, respectivamente), un camino zoonótico natural es una primera suposición razonable (Andersen et al., 2020).

La idea, como se aplicó con el primer brote original de SARS (2002), es que el virus de murciélago original infectó a una civeta. El virus después evolucionó brevemente en esta especie animal, pero no lo suficiente para causar una epidemia de civetas, y después fue recogido por un humano antes de que se muriera en las civetas. En este primer humano (paciente cero) el virus sobrevivió, tal vez apenas, pero fue transmitido, marcando el primer caso de transmisión de humano a humano. Mientras se pasaba sucesivamente en unos cuantos humanos de sus primeros huéspedes el virus rápidamente evolucionó, adaptandose para infectar mejor a nuevos huéspedes. Después de unas cuantas transmisiones tentativas de esa manera la verdadera pandemia comenzó.

Tal vez este escenario es aproximado a cómo inició la pandemia COVID-19 actual.

Pero otra preocupante posibilidad debe ser suprimida. Viene del hecho de que la ciudad epicentro, Wuhan (pob. 11 millones), es el epicentro global de la investigación del coronavirus de murciélago (e.g. Hu et al., 2017).

Incitados por esta proximidad, varios investigadores y medios de noticias, prominentemente el Washington Post, y con mucha más información Newsweek, han diseñado un caso con indicios razonables de que un origen de laboratorio es una posibilidad fuerte (Zhan et al., 2020, Piplani et al., 2020). Es decir, uno de los dos laboratorios en Wuhan que ha trabajando con coronavirus accidentalmente dejó que un virus natural escapara; o, el laboratorio estaba haciendo ingeniería genética (o de otra manera manipulando) un virus parecido al Sars-CoV-2 que después escapó.

Desafortunadamente, por lo menos en los EU, la pregunta sobre el origen de la pandemia se ha convertido en un fútbol político; ya sea en una oportunidad para la sinofobia o en un “juego de culpas” partisano.

Pero el potencial de una catastrófica liberación de laboratorio no es un juego y problemas sistémicos de competencia y opacidad ciertamente no están limitados a China (Lipsitch, 2018). El Departamento de Seguridad Nacional estadounidense (DHS, por sus siglas en inglés) actualmente está construyendo una sede nueva y expandida nacional de Bio y Agro-defensa en Manhattan, Kansas. DHS ha estimado que el riesgo de 50 años (definido como tener un impacto económico de $9-50 mil millones de dólares) de una liberación de su laboratorio en 70%.

Cuando un comité del Consejo de Investigación Nacional inspeccionó estas estimaciones del DHS concluyeron “El comité encuentra que los riesgos y costos podrían ser significativamente mayores a eso”.

Un reporte subsecuente del comité (NAP, 2012) continuó:

“el comité recibió instrucciones de juzgar la idoneidad y validez del uSSRA (Evaluación de Riesgo de un Sitio específico actualizado, por sus siglas en inglés). El comité ha identificado serias preocupaciones sobre (1) mala aplicación de métodos usados para valorar el riesgo, (2) el fracaso en aclarar si y cómo es que la evidencia usada para apoyar las valoraciones de riesgo había sido revisada a fondo y evaluada adecuadamente, (3) el alcance limitado de la literatura citada y la malinterpretación de alguna de la literatura de apoyo significativa, (4) el fracaso en explicar los criterios usados para seleccionar suposiciones cuando la literatura de apoyo es contradictoria, (5) el fracaso de considerar caminos de riesgo importantes, y (6) el tratamiento indadecuado de la incertidumbre. Esas deficiencias no son igualmente problemátcias, pero ocurren con suficiente frecuencia para levantar dudas sobre su idoneidad y validez de los resultados de riesgos presentados. En la mayoría de las ocasiones (actividades operativas en la NBAF), los problemas identificados llevan a una subestimación de riesgo; en otras ocasiones (peligros naturales catastróficos), los riesgos podrían ser sobrevalorados. Como resultado, el comité concluye que la uSSRA es inadecuada técnicamente en aspectos críticos y es una base insuficiente sobre la cual juzgar los riesgos asociados con la NBAF propuesta en Manhattan, Kansas.”

Mientras tanto China está planeando ampliar una red nacional de laboratorios BSL-4 (Zhiming,2019). Como muchos otros países, está invirtiendo de manera significativa en vigilancia de enfermedades y recolección de virus desde poblaciones de animales silvestres y en investigación de virus recombinante de alto riesgo con Patógenos de Potencial Pandémico (PPPs).

El 4 de mayo, distintas naciones y fundaciones filantrópicas globales se reunieron en Bruselas para asegurar $7.4 mil millones de dólares para la preparación contra pandemias futuras. Pero la pregunta que flota sobre todas estas inversiones es esta: la responsabilidad del laboratorio de Wuhan en el centro de las afirmaciones de liberación accidental es preparación para pandemias. Si la pandemia del COVID-19 comenzó ahí entonces necesitamos repensar radicalmente las ideas actuales para la preparación contra las pandemias globales. Muchos investigadores ya creen que deberíamos, por el bien de tanto la seguridad como de la efectividad (Lipsitch y Galvani, 2014, Weiss et al, 2015, Lipsitch, 2018). El peor resultado posible sería para aquellos que donaron miles de millones para acelerar la llegada de la siguiente pandemia.

Liberaciones de laboratorios históricas, un breve recuento

Una liberación de laboratorio accidental no es una simple posibilidad teórica. En 1977 un laboratorio en Rusia (o posiblemente en China), mientras desarrollaba una vacuna contra la gripe, accidentalmente liberó el extinto virus de la influenza H1N1 (Nakajima et al., 1978). H1N1 se convirtió en un virus de pandemia global. Una larga proporción de la población mundial se infectó. En este caso, las muertes fueron menos porque la población mayor de 20 años tenían inmunidad histórica al virus. Este episodio no es muy conocido porque hasta hace poco esta conclusión fue reconocida formalmente por la literatura científica y la comunidad de la virología ha sido renuente a discutir tales incidentes (Zimmer y Burke, 2009, Wertheim, 2010). Aún así, las fugas de laboratorio de patógenos que llevan a muertes humanas y animales (viruela en Bretaña; encefalitis equina en Sudamérica) son tan comunes que deberían ser mucho más conocidas (resumidos en Furmanski, 2014). Sólo raramente estas se han convertido en una pandemia de verdad en la escala del H1N1, la cual, incidentalmente, volvió a expandirse en el 2009/2010 como “Gripe porcina” causando un número de muertes estimado de 3,000 a 200,000 muertes en esa ocasión (Duggal et al., 2016).

Muchos científicos han advertido que los experimentos con PPPs, como la viruela y Ébola y virus de influenza, son peligrosas inherentemente y deberían ser sujetos a límites estrictos y supervisión (Lipsitch y Galvani, 2014; Klotz y Sylvester, 2014). Aún en el caso limitado de coronavirus parecidos al SARS, desde el aplacamiento del brote original de SARS en el 2003, ha habido seis brotes de enfermedad SARS documentados originados en laboratorios de investigación, incluyendo cuatro en China. Estos brotes causaron 13 infecciones individuales y una muerte (Furmanski, 2014.) En respuesta a tales preocupaciones los EU prohibieron cierto tipo de experimentos, llamados experimentos de ganancia de función (GOF, por sus siglas en inglés), con PPPs en 2014, pero la prohibición (de hecho una moratoria de financiamiento) fue levantada en el 2017.

Por estas razones, y también para asegurar la efectividad de los esfuerzos de preparación para futuras pandemias, es una cuestión de importancia vital internacional establecer si la hipótesis de fuga de laboratorio tiene evidencia creíble para apoyarla. Esto debe ser hecho sin importar el problema – en los EU – de políticas partisanas tóxicas y nacionalismo.

La tesis de la fuga del COVID-19 de un laboratorio de Wuhan

La esencia de la teoría de le fuga del laboratorio es que Wuhan es el lugar donde está el Instituto de Virología de Wuhan (WIV, por sus siglas en inglés), la primera y única instalación de Bioseguridad Nivel 4 (BSL-4, por sus siglas en inglés). (BSL-4 es el nivel de seguridad de patógenos más alto). El WIV, que añadió un laboratorio BSL-4 apenas en el 2018, ha estado recolectando grandes números de coronavirus de muestras de murciélagos desde el brote original de SARS del 2002-2003; incluyendo la recolección de más en el 2016 (Hu, et al., 2017; Zhou et al., 2018).

Liderado por la investigadora Zheng-Li Shi, científicos del WIV también han publicado experimentos en los cuales coronavirus de murciélagos vivos fueron introducidos en células humanas (Hu et al., 2017). Además, de acuerdo a un artículo del 14 de abril en el Washington Post, personal de la Embajada de EU visitó el WIV en el 2018 y “tenían preocupaciones de seguridad importantes” sobre la bioseguridad en el sitio. El WIV está a sólo ocho millas del mercado de animales vivos Huanan, el cual se pensó inicialmente que era el lugar de origen de la pandemia del COVID-19.

Wuhan también es hogar de un laboratorio llamado los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Wuhan (WCDPC, por sus siglas en inglés). Es un laboratorio BSL-2 que está a sólo 250 metros del mercado Huanan. Los coronavirus de murciélagos han sido mantenidos en el pasado en el laboratorio WCDPC de Wuhan.

Además, la teoría de la fuga de laboratorio es que los investigadores de uno o ambos laboratorios podrían haberse contagiado del coronavirus similar al de murciélagos Sars-CoV-2 en uno de sus viajes de recolección (alias “vigilancia de virus”). O, alternativamente, un virus que estaban estudiando, pasando, haciendo trabajo de ingeniería, o de otra manera manipulando, escapó.

Valoraciones científicas de la teoría de la fuga de laboratorio

 El 17 de abril el Centro Mediático de Ciencia Australiano le preguntó a cuatro virólogos australianos: “¿El COVID-19 vino de un laboratorio en Wuhan?

Tres (Edward Holmes, Nigel McMillan and Hassan Vally) desestimaron la sugerencia de la fuga de laboratorio y Vally simplemente la etiquetó, sin detallar, una “conspiración”.

El cuarto virólogo entrevistado fue Nikolai Petrovsky de la Universidad Flinders. Petrovsky primero abordó la pregunta si el camino de zoonosis natural era viable. Le dijo al Centro Mediático:

ningún virus natural compatible con el COVID-19 ha sido encontrado en la naturaleza a pesar de una búsqueda intensiva para encontrar sus orígenes.”

Es decir, la idea de un animal intermediario es especulación. De hecho, no hay ningún huésped intermediario viral o animal, ya sea en forma de un huésped animal confirmado o un virus intermediario pausible, ha surgido hasta ahora para explicar la transferencia zoonótica natural del Sars-CoV-2 a humanos (Zhan et al., 2020).

 

Sumándole al punto de Petrovsky, hay otras dos dificultades con la tesis de la transferencia zoonótica natural (además de la débil asociación epidemiológica entre los primeros casos y el mercado “húmedo” de Huanan).

La primera es que los investigadores del laboratorio de Wuhan viajaron a cuevas en Yunnan (1,500 km de distancia) para encontrar murciélagos de heradura que tuvieran coronavirus similares al SARS. A la fecha, el pariente vivo más cercano al Sars-CoV-2 encontrado hasta ahora viene de Yunnan (Ge et al., 2016). Por lo tanto, ¿por qué ocurriría un brote del virus de murciélago en Wuhan?

Además, China tiene una población de 1.3 mil millones. Si los contagios del comercio de vida silvestre fueran la explicación, entonces, si otras cosas fueran parecidas, la probabilidad de que inicie una pandemia en Wuhan (pob. 11 millones) es menor a 1%.

Zheng-Li Shi, líder de la investigación con coronavirus de murciélago en WIV, le dijo a Scientific American tanto como esto:

“Nunca hubiera esperado que sucediera esto en Wuhan, en el centro de China.” Sus estudios han mostrado que las provincias sureñas, subtropicales de Guangdong, Guangxi y Yunnan tienen un mayor riesgo de coronavirus saltando a humanos provenientes de animales – particularmente murciélagos, una reserva común. Si los coronavirus fueron los responsables, ella recuerda haber pensado, “podrían haber venido de nuestro laboratorio?”

Wuhan, en resumen, es un epicentro muy poco probable para una transferencia zoonótica natural. En contraste, para sospechar que el Sars-CoV-2 podría provenir del WIV es tanto razonable como obvia.

¿El Sars-CoV-2 fue creado en un laboratorio?

En su declaración, Petrovsky continúa describiendo el tipo de experimento que, en principio, si se hubiera sido realizado en un laboratorio, obtendría el mismo resultado que la hipótesis formulada de la transferencia zoonótica natural de rápida adaptación de un coronavirus de murciélago a un huesped humano.

“Agarra un coronavirus de un murciélago que no es infeccioso para los humanos, y fuerza su selección al cultivarlo con células que expresan el receptor humano ACE2, tales células habiendo sido creadas hace muchos años para cultivar coronavirus SARS y tú puedes forzar al virus de murciélago a adaptarse para infectar células humanas por medio de mutaciones en su proteína S, la cual podría tener un efecto de aumentar la fuerza de su vinculación al ACE2 humano, e inevitablemente reducir la fuerza de su vinculación al ACE2 de murciélago.

El cultivo prolongado de virus también desarrollará otras mutaciones aleatorias que no afectan su función. El resultado de estos experimentos es un virus que es altamente virulento para humanos pero es lo suficientemente diferente para ya no parecerse al virus de murciélago original. Debido a que las mutaciones son adquiridas aleatoriamente por selección no hay firma de un elemento jockey, pero esto claramente sigue siendo un virus creado por intervención humana.”

En otras palabras, Petrovsky cree que los métodos actuales de experimentación podrían haber llevado a un virus alterado que escapó.

Pase, investigación de GOF, y fugas de laboratorio

El experimento mencionado por Petrovsky representa una clase de experimentos llamados de pase. El pase es colocar un virus vivo dentro de un animal o cultivo de células al cual no está adaptado y después, antes de que el virus se muera, transferirlo a otro animal o célula del mismo tipo. El pase es hecho generalmente iterativamente. La teoría es que el virus evolucionará rápidamente (dado que los virus tienen niveles de mutación altos) y se adaptará a su nueva situación, creando un nuevo patógeno.

El experimento más famoso de este tipo fue conducido en el laboratorio del investigador holandés Ron Fouchier. Fouchier tomó un virus de influenza aviar (H5N1) que no infectó hurones (u otros mamíferos) y lo pasó serialmente a los hurones. La intención del experimento fue específicamente evolucionar un PPP. Después de diez pasadas los investigadores descubrieron que el virus sí había evolucionado, no sólo para infectar hurones sino para transmitirlo a otros en jaulas vecinas (Herfst et al., 2012). Habían creado un virus de hurones aéreo, un Patógeno con Potencial de Pandemia, y una tormenta en la comunidad científica internacional.

Los experimentos de segunda clase que han sido blanco de críticas frecuentes son los experimentos GOF. En la investigación GOF, un nuevo virus es creado deliberadamente, ya sea por una mutación in vitro o al cortar y pegar dos (o más) virus. La intención de tales reconfiguraciones es hacer a los virus más infecciosos al añadirles nuevas funciones como una infectividad o patogenicidad aumentada. Después se experimenta con estos virus nuevos, ya sea en cultivos de células o en animales entereos. Esta clase de experimentos fueron prohibidos en los EU del 2014 al 2017.

Algunos investigadores incluso combinaron experimentos GOF y de pase al usar virus recombinantes en experimentos de pase (Seahan et al., 2008).

Todos esos experimentos requirieron técnicas recombinantes de ADN y experimentos animales o de cultivo de células. Pero la hipótesis más simple de cómo es que el Sars-CoV-2 podría haber sido causado por investigacion es simplemente suponer que un investigador del WIV o del WCDCP se infectó durante una expedición de recolección y le pasó su virus de murciélago a sus colegas o familia. El virus natural después evolucionó, es estos primeros casos, en el Sars-CoV-2. Por esta razon, aún los viajes de recolección tienen a sus críticos. El epidemiólogo Richard Ebright los llamó “la definición de locura”. Manejar animales y muestras expone a los recolectores a múltiples patógenos y regresar a sus laboratorios después trae esos patógenos de regreso a lugares densamente poblados.

¿El WIV estaba haciendo experimentos que podrían liberar PPPs?

Desde el 2004, un poco antes del brote original de SARS, investigadores del WIV habían estado recolectando coronavirus de murciélagos en una búsqueda intensiva de patógenos similares al SARS (Li et al., 2005). Dese el viaje de recolección original, muchos más han sido realizados (Ge et al., 2013; Ge et al., 2016; Hu et al., 2017; Zhou et al., 2018).

Petrovsky no lo menciona pero el grupo de Zheng-Li en el WIV ya había estado realizando experimentos muy similares a los que él describe, usando estos virus recolectados. En el 2013 el laboratorio de Shi reportó aislar un clon infeccioso de un coronavirus de murciélago que llamaron WIV-1 (Ge et al., 2013). WIV-1 fue obtenido al introducir un virus de coronavirus de murciélago en células de mono, con el pase, y después probar su inefectividad en líneas celulares humanas (HeLa) diseñadas para expresar el receptor humano ACE2 (Ge et al., 2013).

En el 2014, justo antes de que la prohibición de investigación Gde de EU entrara en efecto, Zheng-Li Shi del WIV co-redacto un trabajo con el laboratorio de Ralph Baric en Carolina del Norte que realizaba investigación GOF en coronavirus de murciélagos (Menachery et al., 2015).

En este set de experimentos en particular los investigadores combinaron “el pico del coronavirus de murciélago SHC014 en una columna vertebral de ratón adaptada al SARS-CoV” en un solo virus vivo diseñados. El pico fue suministrado por el laboratorio Shi. Pusieron este virus de murciélago/humano/ratón en células de vías respiratorias humanas cultivadas y también en ratones vivos. Los investigadores observaron “patogénesis notable” en los ratones infectados (Menachery et al. 2015). La parte adaptada en ratón de este virus viene de un experimento del 2007 en el cual el laboratorio de Baric creó un virus llamado rMA15 al hacer un pase (Roberts et al., 2007). Este rMA15 fue “altamente virulento y letal” para los ratones. De acuerdo a esta investigación, los ratones sucumbieron a una “infección viral abrumadora”.

En el 2017, de nuevo con la intención de identificar virus de murciélagos con capacidades vinculantes del ACE2, el laboratorio de Shi en el WIV reportó infectar de manera exitosa las líneas celulares humanas (HeLa) diseñadas para expresar el receptor humano ACE2 con cuatro coronavirus de murciélago distintos. Dos de estos fueron virus de murciélago recombinante (quiméricos) hechos en laboratorio. Tanto los virus silvestres y recombinantes fueron brevemente pasados en células de monos (Hu et al., 2017).

Juntos, lo que estos trabajos mostraron fue que: 1) El laboratorio de Shi recolectó numerosas muestras de murciélagos con un énfasis en recolectar cepas de coronavirus similares al SARS, 2) cultivaron virus vivos y realizaron experimentos de pase en ellos, 3) miembros del laboratorio de Zheng-Li Shi participaron en experimentos GOF realizados en Carolina del Norte en coronavirus de murciélago, 4) el laboratorio de Shi produjo coronavirus de murciélago recombinantes y los colocó en células humans y de monos. Todos estos experimentos fueron realizados en células que contenían receptores ACE2 humanos o de monos.

El propósito general de tal trabajo fue ver si un patógeno mejorado podría surgir de la naturaleza al crear uno en un laboratorio. (Para un resumen técnico muy informativo de la investigación del WIV de los coronavirus de murciélago y de sus colaboradores les recomendamos esta publicación, escrita por el empresario de la biotecnología Yuri Deigin).

También parece que el laboratorio de Shi en el WIV tenía la intención de hacer más que sólo investigación. En el 2013 y de nuevo en el 2017 Zheng-Li Shi (con la ayuda de una asociación sin fines de lucro llamada la Alianza EcoHealth) obtuvo un subsidio de los Institutos Nacionales de Salud de los EU (NIH, por sus siglas en inglés). El subsidio más reciente de esos proponía que:

“rango de huésped (potencial de emergencia) será probado de manera experimental usando genéticas inversas, pseudovirus y ensayos de vinculación de receptor, y experimentos de infección de virus a través de un rango de cultivos de células de especies distintas y ratones humanizados” (proyecto NIH #5R01Al110964-04).

Es difícil exagerar que la lógica central de este subsidio fue probar el potencial pandémico de estos virus de murciélago similares al SARS haciendo unos con potencial pandémico, ya sea a través de la modificación genética o pase, o ambos.

Además de las descripciones en sus publicaciones todavía no sabemos exactamente con cuáles virus estaba experimentando el WIV pero ciertamente es intrigante que numerosas publicaciones que aprecieron primero a partir del Sars-CoV-2 han desconcertado por el hecho de que la proteína S del SARS-CoV-2 se enlaza con una afinidad excepcionalmente alta al receptor humano ACE2 “por lo menos diez veces más fuerte” que el SARS original (Zhou et al., 2020; Wrapp et al., 2020; Wan et al., 2020; Walls et al., 2020; Letko et al., 2020).

Esta afinidad es mucho más notable debido a la relativa falta de ajuste en estudios de modelización del pico de SARS-CoV-2 a otras especies, incluyendo los intermediaros postulados como serpientes, civetas y pangolines (Piplani et al., 2020). En esta prepublicación estos modeladores concluyeron “Esto indica que el SARS-CoV-2 es un patógeno altamente adaptado a los humanos”.

Dada la historia de investigación y recolección del laboratorio de Shi en el WIV es por lo tanto enteramente pausible que un ancestro del coronavirus de murciélago similar al SARS o del Sars-CoV-2 fue entrenado en el receptor humano ACE2 al pasarlo en células expresando ese receptor.

¿Cómo se fugan los virus de laboratorios de alta seguridad?

Las fugas de patógenos de los laboratorios toman varias formas. De acuerdo a la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno de EU, un laboratorio del Departamento de Defensa de los EU una vez “envió inadvertidamente Bacillys anthracis viva, la bateria que causa el ántrax, a casi 200 laboratorios en todo el mundo durante el transcurso de 12 años. El laboratorio creyó que las muestras habían sido desactivadas.” En el 2007, Gran Bretaña experimentó un brote de una enfermedad del pie y boca. Su origen fue un sistema de desecho de desperdicios que no funcionaba de un laboratorio BSL-4 filtrándose en un río del cual las vacas vecinas bebían. El sistema de desecho no había recibido el mantenimiento adecuado (Furmanski, 2014). En el 2004, un brote de SARS con origen del Instituto Nacional de Virología (NIV) en Beijing, China, comenzó, de nuevo, con la inactivación inadecuada de una muestra de virus que después fue distribuida a partes no seguras del edificio (Weiss et al., 2015).

Escribiendo para el Boletín de Científicos Atómicos en febrero del 2019, Lynn Klotz concluyó que el error humano estaba detrás de la mayoría de los incidentes de laboratorio causando exposiciones a patógenos en los laboratorios de alta seguridad de los EU. Mientras que el fallo del equipo también fue un factor de los 749 incidentes reportados al Programa de Agente Selecto Federal de los EU entre el 2009-2015, Klotz concluyó que 79% fueron resultado de error humano.

Pero presumiblemente la mayor preocupación es que los incidentes que suceden no son reportados porque la fuga de patógenos no se detecta. Es bastante alarmante que un número significativo de eventos de fuga de patógenos fueron descubiertos sólo porque investigadores estaban en el proceso de examinar un incidente completamente distinto (Furmanski, 2014). Tales descubrimientos representan fuerte evidencia de que la fuga de patógenos son muy poco reportados y que todavía se necesitan aprender lecciones importantes. (Weiss et al., 2015).

El registro de seguridad del WIV

El último punto importante es la historia de bioseguridad del WIV. El WIV fue construido en el 2015 y se convirtió en un laboratorio BSL-4 encomendado en el 2018. De acuerdo a Josh Rogin del Washington Post, oficiales de la embajada de EU visitaron el WIV en el 2018. Subsecuentemente le advirtieron a sus superiores en Washington de una “seria escasez de técnicos e investigadores apropiadamente entrenados y necesarios para operar de manera segura este laboratorio de alta contención”.

Y de acuerdo a las Noticias VOA, un año antes del brote, “una revisión de seguridad realizada por un equipo nacional chino encontró que el laboratorio no alcanzó los estándares nacionales en cinco categorías.”

Reportes creíbles provenientes de China también cuestionan la bioseguridad de laboratorios y su manejo. En 2019, Yuan Zhiming, especialista en bioseguridad del WIV, citó los “retos” de la bioseguridad en China. De acuerdo a Zhiming: “varios BSLs de alta seguridad tienen fondos operativos insuficientes para procesos rutinarios pero vitales” y “Actualemnte, la mayoría de los laboratorios carecen de gerentes e ingenieros de bioseguridad especializados.” Él recomienda que “Deberíamos revisar a la brevedad las regulaciones, guías, normas y estándares de bioseguridad existentes de la bioseguridad” Sin embargo, también destaca que China tiene la intención de construir de “5-7” laboratorios BSL más (Yuan, 2019)

Y en febrero del 2020, Scientific American entrevistó a Zheng-Li Shi. Acompañando la entrevista había una fotografía de ella liberando un murciélago capturado. En la foto ella está vistiendo una capa superior casual sin abrochar de color rosa, guantes delgados y sin cubrebocas u otra protección. Aún así esta es la misma investigadora cuyas pláticas dan advertencias “escalofriantes” sobre los riesgos del contacto humano con murciélagos.

Todo lo cual tiende a confirmar el análisis original del Departamento Estatal. Como le dijo a Rogin un “oficial de administración con antigüedad” anónimo.

“La idea de que era un hecho completamente natural es circunstancial. La evidencia que se filtró de un laboratorio es circunstancial. Ahora mismo, por otra parte, el que se filtre del laboratorio está cargado de puntos de enumeración y casi no hay nada del otro lado.”

La hipótesis principal es un brote de laboratorio 

Por todas estas razones, una fuga de laboratorio es por mucho la principal hipótesis para explcar los orígenes de Sars-CoV-2 y la pandemia de COVID-19. La proximidad de los laboratorios WIV y WCDCP al brote y la naturaleza de su trabajo representa evidencia que difícilmente puede ser ignorada. La larga historia internacional de fugas de laboratorio y las preocupaciones de bioseguridad provenientes de todas las direcciones sobre los laboratorios en Wuhan reforzan el caso bastante. Especialmente desde que la evidencia para la hipótesis alternativa, en forma de una conexión con la exposición a animales silvestres o el comercio de vida salvaje, permanece extremadamente débil, que está basado primariamente en la analogía con el SARS uno (Bell et al,. 2004, Andersen et al., 2020).

Sin embargo, el 16 de abril Peter Daszak, quien es el Presidente de la EcoHealth Alliance, le dijo a Democracy Now! en una larga entrevista que la tesis de fuga del laboratorio eran “puras patrañas”. Le dijo a los oyentes.

“No había ningún virus aislado en el laboratorio. No había ningún virus cultivado que tuviera nada que ver con el SARS coronavirus 2. Así que simplemente no es posible.”

Daszak hizo aseveraciones bastante similares en Sixty Minutes de CNN. “No hay evidencia de que este virus saliera de un laboratorio en China.” En su lugar, Daszak animó a los espectadores a culpar “la caza y el comerse vida silvestre”.

La certeza de Daszak es altamente problemática por varias razones. Los coronavirus más cercanamente emparentados con el Sars-CoV-2 son los que se encuentran en el WIV así que bastante depende de lo que a él se refiere con “emparentado a”. Pero también es deshonesto en el sentido de que Daszak debe de saber que cultivar en el laboratorio no es la única manera en la que los investigadores de WIV podrían haber causado un brote. Tercera, y esta no es culpa de Daszak, los medios de comunicación están preguntando la respuesta correcta a la persona incorrecta.

Como fue aludido arriba, Daszak es el llamado investigador principal de múltiples subsidios estadounidenses que fueron al laboratorio de Shi en WIV. También es un co-autor de varios trabajos con Zheng-Li Shi, incluyendo la publicación del 2013 en Nature anunciando el aislamiento del coronavirus WIV-1 usando el método del pase (Ge et al., 2013). Uno de sus co-autores está en la investigación de la recolección en la cual sus colegas del WIV colocaron los cuatro coronavirus de murciélago completamente funcionales en células humanas que contenían el receptor ACE2 (Hu et al. 2017). Esto quiere decir, Daszak y Shi, ambos son colaboradores y co-responsables por la mayoría de la recolección de alto riesgo y experimentación publicada en el WIV.

Se necesita una investigación, ¿pero quién la hará?

Si el laboratorio de Shi tiene algo que esconder, no sólo el gobierno chino será reacio a ver que una investigación parcial proceda. La mayoría del trabajo fue financiado por los contribuyentes estadounidense, canalizado ahí por Peter Daszak y la EcoHealth Alliance. Virtualmente cada organización internacional creíble que podría en un principio realizar tal investigación, la ONU, la CDC de los EU, la FAO, la NIH estadounidense, incluyendo a la Fundación Gates, es ya sea asesora o socia de la EcoHealth Alliance. Si el brote de Sars-CoV-2 se originó del trabajo con coronavirus de murciélagos en el WIV entonces casi cada institución grande en la comunidad de salud pública está implicada.

Pero para resolver muchas de estas preguntas no requieren necesariamente de una investigación cara. Probablemente sería suficiente para inspeccionar los cuadernos de notas de los investigadores de los laboratorios del WIV. Todos los científicos investigadores mantienen notas detalladas, por propiedad intelectual y otras razones, pero especialmente en laboratorios BSL-4. Como Yuan Zhiming le dijo a la revista Nature en un artículo marcando la abertura de una sede en Wuhan: “Les decimos (staff) que la cosa más importante es que reporten lo que han o no han hecho.”

Registros de laboratorio meticulosos más los registros del personal de salud y reportes de incidentes de accidentes y casi-accidentes son todos componentes esenciales (o deberían serlo) del trabajo de BSL. Su propósito principal es permitir el rastreo de incidentes actuales. Bastante especulación podría ser finalizada con la liberación pública de esa información. Pero el WIV no la ha entregado.

Esto es desconcertante dado que el gobierno chino tiene un incentivo bastante fuerte para producir esos registros. La transparencia total podría dispersar potencialmente la tormenta de culpa que viene hacia ellos; especialmente sobre la pregunta de si el Sars-CoV-2 tiene un origen de diseño o pase. Si Zheng-Li Shi y Peter Daszak tienen la razón acerca de que nada similar al Sars-CoV-2 estaba siendo estudiado ahí, entonces esos cuadernos definitivamente deberían exonerar al laboratorio de haber creado de manera consciente un Patógeno Verdadero de Pandemia.

Dada la simplicidad y utilidad de este paso esta falta de transparencia sugiere que hay algo que esconder. Si lo hay, debe ser importante. Pero entonces la pregunta es: ¿Qué?

Una investigación exhaustiva del WIV y su investigación de coronavirus de murciélago es un primer paso importante. Pero las preguntas verdaderas no son los accidentes específicos y disimulos de la Dra Shi o Daszak, no del WIV, ni siquiera del gobierno chino.

En su lugar, la pregunta más grande tiene que ver con la filosofía actual de la predicción y prevención de la pandemia. Consultas profundas deberían hacerse acerca de la sabiduría general de recolectar y contar virus de la naturaleza y después realizar investigación recombinante peligrosa “que tal si” en laboratorios de alta tecnología pero falibles de bioseguridad. Este es un enfoque reduccionista, asimismo, que hasta ahora ha fallado en predecir o protegernos de pandemias y tal vez jamás lo haga.

Pie de nota: Este artículo fue actualizado el 3 de junio para ampliar las estimaciones de muertes por la “gripe procina”, de 3,000 a 3- a 200,000.

 

 

 

 

 

 

No cultivamos porque está de moda: Cultivamos como resistencia, para la curación y la soberanía

Durante más de 150 años, desde las zonas rurales del sur hasta las ciudades del norte, las personas Negras han utilizado la agricultura para construir comunidades autodeterminadas y resistir las estructuras opresivas que las destruyen.

Hoy en día, la agricultura sigue desempeñando un papel importante en la vida de las personas Negras, por lo que vemos proyectos y programas de agricultura urbana en Filadelfia, Detroit y Washington D.C. y otras ciudades de los Estados Unidos. En todas estas ciudades, hay organizaciones lideradas por personas Negras que cultivan soberanía alimentaria y de la tierra ayudando a individuos y comunidades a recuperar su agencia y posesión sobre sus sistemas alimentarios.

Mi camino dedicado a la lucha de defensa y recuperación del territorio para la sobrebania alimentaria comenzó mucho antes de que yo naciera. Mis antepasados eran africanos esclavizados, obligados a cultivar en condiciones abominables en Carolina del Sur, Texas y Georgia. En 2012, comencé mi primer trabajo profesional trabajando en una organización sin fines de lucro dedicada a la justicia alimentaria e educación nutricional en Filadelfia.

CONTINUE LEYENDO EN ENVIRONMENTAL HEALTH NEWS

Una visión para la regeneración social y ecológica del humedal de Xochimilco en la Ciudad de México

Por Marya Rubio Lozano

 

El humedal de Xochimilco es un sitio que alberga un valor biológico y cultural importante Por esta razón es considerado Patrimonio de la Humanidad (UNESCO) y Sitio de Importancia Agrícola Mundial (FAO).

Humedalia es una organización mexicana dedicada a la conservación y restauración de los humedales mexicanos. Forma parte de la red de afiliados de Regeneration International y como tal ha aplicado al programa de asesoría científica y técnica de la iniciativa 4 por 1000.

El trabajo de Humedalia se concentra en las chinampas de Xochimilco (Chinampas se refiere a un sistema de cultivos en jardines flotantes creado en lechos de lagos poco profundos, utilizando técnicas agrícolas desarrolladas por los aztecas).

La producción agrícola en chinampas, o islas de tierra cultivables, data de hace más de 800 años, cuando las primeras tribus que se establecieron en la Cuenca de México alcanzaban a producir 4 t/ha de cultivos. Esta alta producción permitió el desarrollo de grandes asentamientos urbanos hasta lo que hoy en día conocemos como la Ciudad de México. Estas urbes generaron una gran demanda de recursos hídricos y una transformación del suelo agrícola a urbano.

Actualmente, el humedal de Xochimilco y su paisaje de chinampas representan el 2% del agua dulce que originalmente había en la Cuenca. Este paisaje agrícola se encuentra altamente amenazado por procesos ligados a la urbanización y devaluación del trabajo campesino. Alrededor del 80% de las chinampas se encuentran abandonadas y la contaminación del agua ha deteriorado la fertilidad del suelo. Además, los pocos productores agrícolas que quedan en el lugar enfrentan una alta competencia con modelos de producción intensivos (mayormente subsidiados) y los precios de sus productos son castigados disminuyendo la rentabilidad de su trabajo.

Por otra parte, el humedal de Xochimilco es vital para la Ciudad de México debido a los múltiples beneficios ambientales que le brinda, tales como regulación del microclima, captación de agua y recarga de mantos acuíferos, producción de oxígeno y alimentos, reciclamiento de nutrientes y secuestro de carbono. En un sitio donde la calidad del aire comúnmente supera los niveles saludables de contaminación en el aire, el secuestro de carbono es fundamental para la resiliencia de la Ciudad. Los humedales secuestran grandes cantidades de carbono (0.4-32 Mg ha-1 año-1) en sus sedimentos gracias a las condiciones anaerobias que éstos presentan, lo cual permite que la tasa de descomposición de la materia orgánica sea baja y se favorezca la acumulación de carbono. A su vez, este beneficio se puede potencializar al trabajar las chinampas con técnicas de cultivo tradicional (sostenibles) en sinergia con nuevas técnicas de cultivo orgánicas como el método de cultivo biointensivo.

Este proyecto busca incrementar el secuestro de carbono mediante un enfoque sistémico agua-suelo. A partir de la restauración de los canales y la rehabilitación de hectáreas de tierras ociosas, se mejorará la calidad de agua disponible para riego y se regenerará el suelo de las chinampas, incrementado la cantidad de secuestro de carbono del ecosistema.

Asimismo, el proyecto contribuirá a la protección de hábitat para la flora y fauna endémica del lugar como el axolotl Ambystoma mexicanum, y ayudará a recuperar la identidad cultural vinculada a la agricultura milenaria que sobrevive en las manos de los agricultores tradicionales.

Este proyecto de regeneración del suelo chinampero (rehabilitación, siembra y mantenimiento), brindará una opción redituable a miembros de la comunidad local para aumentar sus ingresos y la oportunidad de vincular distintas generaciones en el trabajo, creando un espacio itinerante para el intercambio de saberes y experiencias sobre las prácticas de cultivo ancestrales. A su vez, las chinampas regeneradas producirán alimentos más saludables. A través de su venta y/o transformación se integra a otro sector familiar, las mujeres y niños de la comunidad, que culturalmente no suelen participar directamente en la producción.

Y a su vez, las chinampas regeneradas producirán alimento más saludable.

Como parte de la red de Regeneration International y presentándose a la iniciativa 4 por 1000, el proyecto de Humedalia ayuda a mejorar las condiciones socioecológicas del humedal de Xochimilco. El secuestro de carbono beneficiará directamente a la calidad del aire de una de las ciudades más contaminadas del mundo, pero el proyecto interviene también en la esfera social del sitio, mejorando el bienestar de la comunidad generando autoempleo por el trabajo de las chinampas, y sembrando condiciones para la participación social a través de la generación de redes de colaboración que fortalezcan a la comunidad.

Mayra Rubio Lozano es directora de investigación científica y desarrollo sostenible para Humedalia A.C. Para mantenerse al día con las noticias de Regeneration Internationalsuscríbase a nuestro boletín.

Resiliencia, soberanía y autonomía alimentaria en días de posconflicto y epidemia: el campesinado en Colombia

Por Ana Prada, 3Colibrís

En su libro “Colapso”, Jared Diamond hace un análisis de por qué determinadas sociedades perduran y otras desaparecen y explica el declive de algunas, como la maya y de la Isla de Pascua, producto de su mal manejo de la naturaleza. Efectivamente, la manera como las sociedades gestionan sus recursos naturales define en gran medida su devenir. La abundancia de recursos y la adaptación al cambio climático, junto a las decisiones correctas por parte de sus líderes, son algunos de los factores que pueden llevar a una sociedad a prolongar su existencia en el tiempo. Por el contrario, el abuso de los recursos ambientales y las formas de producción agrícolas basadas en la explotación indiscriminada de la naturaleza pueden llevar a una sociedad al colapso.

Los conflictos socioambientales no son una cuestión ajena a la realidad colombiana: la desigual distribución de la tierra y el territorio dan génesis al conflicto armado colombiano. Los conflictos socioambientales en Colombia se remontan a la época de la conquista española, pero suele situarse el detonante del conflicto armado colombiano al año 1948, con el asesinato del líder político Jorge Eliécer Gaitán, que parecía ser un oasis en el desierto para un país polarizado entre pobreza extrema y riqueza, en una sociedad gobernada por conservadores y terratenientes. Así, nació uno de los conflictos armados de mayor duración de la historia mundial reciente. Recién en 2016 fueron firmados los Acuerdos de Paz entre el Gobierno Nacional y la extinta guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Inicialmente, las guerrillas estaban movidas por ideales políticos, más adelante, hacia finales de la década de los setenta, con la llegada y posterior consolidación del narcotráfico, el conflicto se degradó hasta convertirse en un negocio, en una búsqueda de concentración de la tierra y el territorio por parte de diversos bandos que dejaban en el medio a gran perdedor: El campesinado colombiano.

A pesar de vivir en la marginación política, la subvaloración cultural y la exclusión económica, con mayores dificultades de acceder a la tierra que cualquier otro grupo social en el país, los campesinos y campesinas, que representan al 30% de la población total del país se las arreglan para abastecer el 70% de los alimentos que se consumen en el país. Además, nos recuerdan a quienes vivimos en urbes el valioso sentido del arraigo a la tierra y al territorio para dar sustento a nuestras raíces e identidad.

La agricultura campesina nos ha enseñado a los colombianos sobre la resiliencia y la innovación: en menos de una hectárea las familias campesinas logran alimentarse[1], ofrecer excedentes para comercializar y desarrollar saberes sobre el funcionamiento de los suelos y ecosistemas tan diversos que existen en Colombia, a través, del ensayo y error. Son resilientes también, porque a pesar de ser en gran medida víctimas del desplazamiento por el conflicto armado, han sido los campesinos quienes han abierto la frontera agrícola en el país y reiniciado su vida desde cero en la nación con mayor desplazamiento interno en el mundo, más aún que Siria.

En las cadenas de valor de la industria del narcotráfico, el campesino se ha convertido en el primer eslabón. Como tal, es el más vulnerable en una cadena caracterizada por el predominio de actividades que no dejan a Colombia más que cargas sociales: justifican la concentración de la tierra, la tenencia ociosa, frenan la productividad y ponen en riesgo la soberanía y autonomía alimentaria nacional.

En los Acuerdos de Paz se reconoce a los campesinos como víctimas del conflicto armado, se ha diseñado un marco político pensado para reducir las brechas entre campo y ciudad, ofrecer garantías de participación política y económica del campesinado en el porvenir de sus territorios. En los puntos 1 y 4 de los Acuerdos de Paz, de Reforma Rural Integral[2] y de Solución Integral al Problema de las Drogas[3], respectivamente, se crearon múltiples instrumentos políticos y legales como el fondo de tierras para la Reforma Rural Integral, el catastro multipropósito, los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial y Planes Naciones Integrales para la Sustitución, entre otros. Si bien la implementación de estos instrumentos políticos y legales ha sido lenta, se han convertido en novedosas herramientas para repensar al campesinado como actor estratégico en la planeación territorial para la construcción de paz, la conservación de los territorios y la garantía de la seguridad, soberanía y autonomía alimentaria.

En 2013 tuvo lugar en Colombia un Paro Nacional Agrario, que tuvo la adhesión de las principales organizaciones campesinas, así como de trabajadores de otras áreas, que con el correr de los días logró captar el reconocimiento de la ciudadanía. A partir de entonces, los colombianos que vivimos en las ciudades hemos dado muestras de creciente empatía hacia el movimiento campesino, reconociendo a los productores de los alimentos que a diario llegan a nuestros hogares, así como la necesidad de repensar las ciudades, de reterritorializar las urbes para frenar la creciente tendencia de desiertos alimentarios, que ponen en riesgo el derecho a la alimentación, especialmente de los más vulnerables. Estas reflexiones han tenido aún mayor resonancia en el marco de la crisis COVID-19.

En un país cuyos gobernantes han carecido de gallardía para garantizar el derecho a la alimentación de sus ciudadanos y el cuidado de su rica diversidad biocultural, sucumbiendo ante los ruidos de la globalización y la promesa incumplida de progreso en el corto plazo a costa de los recursos que nos dan vida hemos sido testigo en estos días de epidemia de dos fenómenos que son la cara de una misma moneda.

Por un lado, vemos citadinos que cada vez demandan más alimentos sanos, locales y sustentables, más dispuestos a consumir alimentos provenientes de la agricultura campesina, familiar y comunitaria. En la otra cara de la moneda, encontramos que los productores de la agricultura campesina, familiar y comunitaria siguen enfrentándose a los tradicionales retos de la Colombia agrícola: la pésima infraestructura vial y de telecomunicaciones, la persistencia del conflicto armado, el asesinato de líderes sociales, insuficiente sistema de salud que incrementa el riesgo de contagio y pérdida de vidas por causa de la epidemia, especulación de precios, asimetría de información, entre tantos otros retos a los que se enfrenta la agricultura campesina en Colombia.

A pesar de estos desafíos, existen razones para tener esperanza, como la creación y fortalecimiento de redes de colaboración entre los territorios, la construcción de relaciones de proximidad entre productores y consumidores, la posibilidad de que se retomen los diálogos de paz entre el Gobierno Nacional y la guerrilla del Ejército Nacional de Liberación (ELN), el aprovechamiento de las tecnologías de la información y las comunicaciones para facilitar la distribución de alimentos y la consolidación de mercados campesinos y/o agroecológicos como alternativas viables y seguras de abastecimiento, aún en tiempos de epidemia.

Es posible que el lector se esté preguntando ¿Cómo puedo poner mi granito de arena?, es muy sencillo, ¡Compre local! ¡Compre de la agricultura campesina, familiar y comunitaria!, vuelva al mercado campesino, vaya al encuentro con el productor así le da un voto de confianza para que permanezca en el territorio alimentando de esperanza al país.

En 3colibrís con gusto le contamos dónde puede encontrar alimentos de origen campesino, locales y con una historia que contar. La Red Nacional de Agricultura Familiar (RENAF) lidera a nivel nacional la campaña “Llevo el campo colombiano” que busca visibilizar los mercados campesinos que existen en todo el país.

Vaya y coma alimentos de temporada, la uchuva, la curuba, la ciruela, la pera, dese esos gustos propios de estas latitudes, porque apoyar al campesino es depositar un voto de confianza en la construcción de paz en Colombia.

Para mantenerse al día con las noticias de Regeneration Internationalsuscríbase a nuestro boletín.

 

Sobre 3Colibrís

Somos una organización y medio de comunicación que contribuye al fortalecimiento en comercialización y logística de productos provenientes de la agricultura campesina, familiar y comunitaria y/o agroecológica en Latinoamérica. Trabajamos para la construcción de un campo sustentable y conectado con la ciudad en Colombia y Latinoamérica, buscamos e involucramos a productores de alimentos y productos agroecológicos, por lo tanto, saludables, para facilitar el acceso de los consumidores. Visitamos y acompañamos a productores de alimentos, para mejorar sus canales de comercialización y asegurarnos que trabajamos con organizaciones éticas y responsables.

Sobre Ana Prada

Administradora de empresas y socióloga de la Universidad Javeriana de Bogotá, Becaria del Entrenamiento Internacional en Diálogo y Mediación de la Universidad de Uppsala y el Curso Internacional de Sistemas Alimentarios de la Universidad de Wageningen. Fundadora del medio de comunicación 3colibris, trabajó para Caritas Colombiana en relación con la implementación del “artículo uno” de los Acuerdos de Paz. Ha trabajado en proyectos para PNUD, UNFAO, UE y la Fundación Suyusama.

[1]La mayoría de las unidades productivas campesinas suelen vivir en predios que no superan la hectárea, excepto en el piedemonte amazónico, donde las unidades productivas suelen superar las 20 hectáreas.

[2] En el punto de Reforma Rural Integral, se abordan temas claves para la SSAA, se plantea: El Catastro Multipropósito, para conocer cuáles han sido los usos históricos de un predio y contrastarlo con su vocación real para facilitar el ordenamiento territorial. La creación de un fondo de tierras que busca redistribuir predios extintos a narcotraficantes, grupos guerrilleros y baldíos con víctimas del conflicto armado. La creación de un sistema tributario equitativo que castigue la concentración de tierra y la tenencia ociosa. El apoyo a proyectos productivos de excombatientes. El diseño e implementación de Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), del que dos de sus pilares están relacionados con soberanía alimentaria (Ordenamiento social de la propiedad rural y uso del suelo; Reactivación económica y producción agropecuaria) y uno aborda directamente el derecho a la alimentación, el pilar 7 de “Derecho a la alimentación”.

[3] el punto 4 de Solución al Problema de Drogas, con su estrategia insignia el Programa Nacional Integral de Sustitución (PNIS), tema que le ha costado la vida a cientos de líderes sociales por defender y promover la sustitución voluntaria en sus comunidades, el PNIS busca ofrecer alternativas a la producción de cultivos de uso ilícito a través del desarrollo de proyectos productivos familiares y comunitarios. Existe algo esperanzador en este asunto, a pesar de que una de las mayores críticas que se le han realizado el Gobierno Nacional en este punto ha sido la falta de voluntad política para dar garantías económicas y de seguridad a las comunidades que se acojan al PNIS, es que en este punto de los acuerdos se reconoce que el narcotráfico trae afectaciones negativas a los territorios, pesa que las economías de cultivos de uso ilícito se ha convertido en una alternativa para que las familias campesinas no sucumban ante la pobreza estructural y la ausencia de la presencia legítima del Estado colombiano, asimismo, se reconoce que resolver el problema de la producción y consumo de drogas es uno de los factores determinantes para consolidar una paz estable y duradera.

Coronavirus y cambio climático: algunos aprendizajes

La pandemia del Covid-19 es un ensayo general de lo que será la crisis mundial ocasionada por la degradación ambiental y el cambio climático Escribo estas líneas con total conciencia de que la mayoría de los lectores quisiera evadir este tipo de pensamientos y preferiría concentrarse en la vuelta a los tiempos “normales”, sin preocuparse por gérmenes peligrosos y otras amenazas a los hábitos de consumo y rutinas que hemos desarrollado como sociedad.

Sin embargo, creo que estos tiempos de pandemia son adecuados para tomar conciencia de qué es lo que se viene e imaginar el mundo entero en crisis, esta vez por diferentes motivos. En primer lugar, es importante considerar algunos aprendizajes que deja el Coronavirus .

En situaciones de crisis, es posible que el mundo se pare. Para evitar miles de muertes, se paralizaron actividades que son el sostén de la economía mundial. Esto tiene analogía con situaciones de guerra. Implican la postergación del interés particular en favor del bien común. Los gobiernos tomaron decisiones que jamás hubieran tenido viabilidad política en tiempos “normales”.

CONTINUE LEYENDO EN LA NACION

COVID-19: Lecciones de la pandemia para un planeta saludable

Los científicos han demostrado que enfermedades como el nuevo coronavirus SARS-COV2 (COVID-19) y la enfermedad del Ébola pueden surgir debido a los desequilibrios de los ecosistemas en los bosques.

En los últimos meses, esta hipótesis ha ganado terreno en la cobertura de los principales medios de comunicación, impulsando la noción de que el COVID-19 es zoonótico, transmitido desde un murciélago a otro animal, posiblemente un pangolín o un perro, infectando inicialmente a los humanos en un mercado en la ciudad china de Wuhan.

Tres de cada cuatro enfermedades infecciosas nuevas o emergentes se originan en animales, según los datos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU., que indica que, en general, los animales han sido el vector de más del 60 por ciento de las enfermedades infecciosas.

La investigación sobre la relación entre los virus y los bosques desarrollada por el Centro para la Investigación Forestal Internacional (CIFOR) muestra que tales transmisiones de animales a humano, y luego de humano a humano, pueden ocurrir cuando los ecosistemas forestales son desprovistos de su biodiversidad natural.

CONTINUE LEYENDO EN LOS BOSQUES EN LAS NOTICIAS

El largo historial de fugas accidentales de posibles patógenos pandémicos de laboratorios no es ni mencionado en la cobertura que los medios de comunicación dan al COVID-19

Traducción por Regeneration International. Link a artículo original

 

Muchas personas descartan la posibilidad de que la pandemia de COVID-19 venga de un laboratorio. Es posible que desconozcan la frecuencia en la cual hay fugas biológicas peligrosas de los laboratorios.

El 11 de febrero, le pregunté a Anne Schuchat, subdirectora principal de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en el National Press Club si era una “total coincidencia” que el brote del nuevo coronavirus ocurriera en Wuhan, un centro de guerra biológica y biodefensa en China. Su respuesta fue muy evasiva. Ella no respondió mi siguiente pregunta sobre si el supuesto “origen zoonótico” descartaba que el brote fuera causado por patógenos de la naturaleza que en ese momento podrían haberse fugado accidentalmente de los laboratorios.

Sin embargo estos datos no siempre son proporcionados al público. Una búsqueda en “Democracy Now” muestra que la primera vez que el programa mencionó “Wuhan” y “laboratorio” fue el 6 de abril, para reconocer el trabajo de “el laboratorio de Wuhan que identificó el coronavirus que causa COVID-19″. Los principales medios de comunicación al menos informaron de la existencia del laboratorio a su audiencia de manera oportuna, aunque hubieran distorcionado la información.

Y efectivamente manipularon la información.

Forbes (17/03/20) publicó el artículo “No, el coronavirus COVID-19 no fue creado con bioingeniería. Aquí está la investigación que lo desmiente”, que se basa en una interpretación errónea de un artículo extraño y engañoso de Nature Medicine para descartar la idea de que salió de un laboratorio. Bruce Y. Lee, colaborador principal de salud de Forbes, escribió: “es mucho más fácil filtrar una bolsa de aire a través de tu trasero que un virus de una instalación BSL-4″. Se suponía que esto tenia que ser tranquilizador.

Del mismo modo, la CNN (6/6/20) se burló de la idea de una fuga de laboratorio al reevaluar la fuente de la pandemia, describiendo la posibilidad de que “se filtró, como el genio de la botella, de un laboratorio por accidente. ”

Pero incluso echando un vistazo rápido a los registros, muestran que estos laboratorios, donde sea que estén, tienen muchos accidentes, apenas en 2019, el New York Times (8/8/19) informó: “Se cierra la investigación de gérmenes mortales en el laboratorio militar por preocupaciones sobre la seguridad “, un artículo sobre Fort Detrick en Maryland:” Los problemas con la eliminación de materiales peligrosos llevaron al gobierno a suspender la investigación en el principal centro militar de biodefensa”. (El periódico local, Frederick News-Post ha proporcionado cierta cobertura, incluida la publicación de cartas del activista local Barry Kissin).

USA Today tenía una reportera enfocada en esta cuestión, Alison Young, pero dejó el periódico. Una muestra de su trabajo:

“Cientos de accidentes de laboratorio de bioterrorismo se mantienen en secreto” (17/8/14)

“Trabajador en Tulane posiblemente expuesto a bacterias bioterroristas” (11/03/15)

“Los CDC no informaron de incidentes en laboratorios con patógenos bioterroristas al Congreso” (23/06/16):

“La Oficina de Fiscalización Superior de los EE.UU. (GAO) encuentra falta de datos en la supervisión de los gérmenes bioterroristas estudiados en los Estados Unidos”:

“Los reguladores gubernamentales no tienen idea de la frecuencia con la que los laboratorios que trabajan con algunos de los virus y bacterias más peligrosos del mundo no logran matar por completo los viales de las muestras antes de enviarlas a otros investigadores que carecen de equipos críticos para protegerlos contra la infección, según un nuevo informe de la Oficina de Responsabilidad del Gobierno “. (21/09/16)

“El Congreso exige detalles de los incidentes en laboratorios del CDC mantenidos en secreto que USA TODAY reveló” (17/1/17)

Incluso desde el comienzo del brote de COVID-19, Nature informó: “Los institutos chinos investigan los brotes de patógenos en los trabajadores de laboratorio”. (17/12/19)

Luego, el 16 de abril, “Democracy Now” entrevistó a Peter Daszak de EcoHealth Alliance. Daszak es una parte interesada. Ha trabajado y ayudado a financiar los experimentos de coronavirus en el Instituto de Virología de Wuhan. Descartó totalmente la posibilidad de fuga del virus del laboratorio. El episodio se tituló: “‘Puro engaño’: el zoólogo desacredita la teoría del origen del COVID-19 de Trump, y explica la transmisión animal-humana”.

A los oyentes de “Democracy Now” no se les dio la información básica sobre el historial de accidentes de laboratorio. Tampoco se les dijo que entre los asesores de políticas de EcoHealth Alliance se encuentran David Franz, un ex comandante de Fort Detrick, la principal instalación de biodefensa / guerra biológica del gobierno de EE. UU., y Thomas Geisbert, que está haciendo trabajos de biodefensa / guerra biológica en el Laboratorio Nacional de Galveston. Los socios de EcoHealth Alliance incluyen universidades pero también grandes corporaciones como Johnson & Johnson y Colgate Palmolive. Y lo más importante es que EcoHealth Alliance ha trabajado con USAID (La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional) para financiar trabajos de colaboración peligrosos entre científicos en los EE. UU. y en Wuhan.

Según Daszak, simplemente intentan defenderse contra las pandemias. Esto requiere recolectar e incluso crear patógenos peligrosos con el propósito manifiesto de defenderse de ellos.

Pero, para Richard Ebright de la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey, un científico eminente y uno de los pocos que analizan las redes bien financiadas de biodefensa / guerra biológica, todo esto es extremadamente peligroso: Ebright lo llama “No es ‘investigación de vacunas’. No es investigación que proporciona información útil para prevenir o combatir brotes. Simplemente es una temeridad pseudocientífica y aventurara a lo Indiana-Jones con un alto riesgo de infección de la persona que colecta el virus y, a partir de ahí, infección a toda la población”. También acusa que recolectar miles de estos virus es la “definición de locura”.

Curiosamente, incluso la investigadora que tiene el apoyo de la organización de Daszak en el Instituto de Virología de Wuhan dice que inicialmente estaba bastante preocupada de que el laboratorio fuera el origen. Shi Zhengli fue protagonista de un articulo en Scientific American, (11 de marzo de 2020) titulado “cómo la ‘mujer murciélago’ de China cazó virus desde el SARS al nuevo coronavirus”: “Si los coronavirus fueran los culpables, recuerda haber pensado, ‘podrían haber venido de nuestro laboratorio?’… Shi suspiró aliviada cuando volvieron los resultados: ninguna de las secuencias coincidía con la de los virus que su equipo había tomado de las cuevas de murciélagos. ‘Eso me quitó una carga de encima’, dice ella. “No había dormido nada durante días”.

Parece más reflexiva que Daszak, pero ¿por qué el mundo debería creer lo que dice? Como dice Ebright en Rutgers: “Una negación no es un rebatimiento”.

De hecho, no hay duda de que el canal de Fox News, el senador Tom Cotton y otros claramente están tratando de demonizar a China y presentar a los laboratorios chinos como particularmente peligrosos. La replica de los liberales a esto es que los laboratorios chinos son geniales, igual que los laboratorios estadounidenses. Se excluye de esta “discusión” la verdad obvia: todos estos laboratorios son peligrosos y no hay una distinción significativa entre guerra biológica y biodefensa. Efectivamente, Estados Unidos ha estimulado una carrera armamentista con armas biológicas, como lo documenta Francis Boyle en su Guerra biológica y terrorismo (2005).

Al no abordar el tema de la guerra biológica, la izquierda está cediendo esta cuestión a la derecha favorable a la guerra, y ellos lo están usando de arma contra China. La mejor táctica, seguramente, es adoptar un enfoque integral para garantizar que una carrera armamentista con armas biológicas no continúe amenazando a la humanidad.

En la Fox, el senador Cotton declaró que los laboratorios de EE. UU. Realizan un trabajo “en gran parte realizado con fines preventivos”, como “tratar de encontrar vacunas”. Por el contrario, “China obviamente es muy reservada sobre lo que sucede en el laboratorio de Wuhan”. (FNC 16/02/20) De hecho, todos los países que hacen este trabajo son reservados. Gran parte de la cobertura de la derecha en los EE. UU. sobre este tema ha sido liderada por los informes de Bill Gertz en el Washington Times cuyos libros incluyen La amenaza de China: cómo la República Popular apunta a América y, desde 2019: Encendiendo el cielo: dentro de la campaña de la China comunista para conseguir la supremacía global.

Del mismo modo, según informa Josh Rogin en el Washington Post, “los informes del Departamento de Estado advirtieron sobre problemas de seguridad en el laboratorio de Wuhan que estudia los coronavirus de murciélago” provienen de partes interesadas del gobierno de los Estados Unidos.

Si la dinámica actual continúa, la derecha utilizará el tema de los laboratorios biológicos para demonizar a China, y tal vez a otros estados, sin que haya un escrutinio serio aplicado al trabajo de armas biológicas por parte de los EE. UU. y sus aliados (Israel ni siquiera ha firmado la Convención de Armas Biológicas).

Mientras que algunos buscan demonizar a China, otros como David Ignatius del Washington Post piden que los gobiernos de EE. UU. y China trabajen juntos. Igual que lo hacen algunos funcionarios chinos. Esa también puede ser una propuesta muy peligrosa. Considere la dinámica de las otras armas principales que amenazan a la humanidad: las armas nucleares. Estados Unidos y Rusia están efectivamente conspirando para mantener su poder geopolítico manteniendo sus reservas de armas nucleares. Han bloqueado los movimientos hacia una prohibición de armas nucleares, un esfuerzo respaldado en la ONU por 122 países. Se ha discutido muy poco sobre este tema a pesar de que el grupo detrás de este movimiento, la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares, una vez ganó el Premio Nobel de la Paz. Desafié esta conspiración preguntando sobre todo esto en la cumbre Trump-Putin en Helsinki, pero fui arrastrado fuera del pasillo, encadenado, arrojado a la parte trasera de un vehículo policial y detenido durante seis horas.

Después de los ataques con ántrax del 11 de septiembre, que probablemente se originaron en los laboratorios del gobierno de los EE. UU., el gobierno de los EE. UU. aumentó de forma perversa y dramáticamente el gasto en “biodefensa”, construyendo más laboratorios en todo el país, capacitando a cientos, si no miles de científicos más para trabajar con los patógenos más peligrosos del planeta. Este gasto se aproxima a unos cinco mil millones de dólares cada año desde los ataques con ántrax.

El 21 de abril, el Times publicó el artículo “Cómo los científicos podrían detener la próxima pandemia antes de que comience”, sobre Daszak y sus amigos, acompañado de elaborados gráficos, en el que el Times afirma: “Los investigadores creen que podrían crear vacunas y medicamentos de manera preventiva para luchar contra una amplia gama de amenazas virales, si pueden obtener fondos suficientes “.

Entonces, si bien aún no sabemos si la causa de la pandemia no fue este peligroso trabajo de laboratorio, las personas que lo llevan a cabo, que ya están bien financiadas, están mandando artículos en el New York Times pidiendo aún más dinero.

Y Fort Detrick está a punto de conseguir lo que parece ser el laboratorio de “biodefensa” más grande y costoso jamás construido.

Todavía es tan optimista sobre los laboratorios? En 2018, el Programa Federal de Agente Selecto “recibió ocho informes de pérdida y 193 informes de liberación de un agente o toxina selectiva biológica”.

O intente leer este excelente artículo de 2014 – “Fugas de laboratorio y epidemias de ‘profecía autocumplida’” – por Martin Furmanski del Grupo de Trabajo de Científicos sobre Armas Químicas y Biológicas y el Centro para el Control de Armas y la No Proliferación (se publicaron versiones del mismo en el Boletín de los Científicos Atómicos y Slate):

En este artículo, advirtió sobre “el peligro para la salud pública mundial o regional por la fuga de patógenos de los laboratorios de microbiología capaces de causar pandemias, o Patógenos Potencialmente Pandémicos (PPP)”.

Furmanski documentó las fugas accidentales de viruela en Gran Bretaña en la década de 1970, lo que eventualmente llevó al jefe del laboratorio a suicidarse, la encefalitis equina venezolana en 1995, la fiebre aftosa en Gran Bretaña en 2007 que comenzó a “4 kilómetros de un laboratorio de nivel 4 de bioseguridad . ”

Más recientemente, señala: “El SARS no ha reaparecido naturalmente, pero ha habido seis ‘fugas’ diferentes de los laboratorios de virología que lo estudian: uno en Singapur y Taiwán, y en cuatro ocasiones distintas en el mismo laboratorio en Beijing. …

“Debe enfatizarse que estos ejemplos son solo la ‘punta del iceberg’ porque representan accidentes de laboratorio que realmente han causado enfermedades fuera del laboratorio en el entorno público general. …

“La ciudadanía prácticamente no tuvo ningún conocimiento sobre la pandemia de H1N1 de 1977 y sus probables orígenes de laboratorio. Los virólogos y los funcionarios de salud pública se dieron cuenta rápidamente de que la fuga del laboratorio era el origen más probable, pero simplemente no dieron a conocer esta información, conscientes de que unas acusaciones tan vergonzosas probablemente terminarían con la naciente cooperación de los virólogos rusos y chinos, que fue vital para el control mundial de la influenza. …

“No es nada tranquilizador que, a pesar de que poco a poco ha habido mejoras técnicas en las instalaciones de contención y han aumentado las demandas de políticas para los procedimientos de bioseguridad en el manejo de patógenos peligrosos, se produzcan fugas de estos patógenos y causen brotes en el entorno general”. Tomando una visión pragmática del problema, la pregunta no es si estas fugas ocurrirán en el futuro, sino más bien cuál puede ser el patógeno y cómo se contendrá esa fuga, si es que se puede contener.

“Los avances en la manipulación genética ahora permiten el aumento de la virulencia y la transmisibilidad en patógenos peligrosos, y estos experimentos se han financiado y realizado, especialmente en el virus de la gripe aviar H5N1. La conveniencia de realizar experimentos como estos está claramente en duda, particularmente en laboratorios ubicados en universidades en áreas urbanas muy pobladas, donde el personal de laboratorio que está potencialmente expuesto está en contacto diario con una multitud de ciudadanos susceptibles e inconscientes. Si este tipo de manipulaciones debieran permitirse, parecería prudente llevarlas a cabo en laboratorios aislados donde el personal es aislado de la población general y debe pasar un período de “cuarentena de salida” antes de volver a entrar en la vida ciudadana “.